El gobierno cubano no se ha visto complicado en el momento de encarar la dura realidad que enfrenta ahora la Isla con la presencia fatal de la pandemia del coronavirus en el entorno enfermizo de una dictadura de 60 años.
De ninguna manera. Los jefes están ausentes y lejanos de temas filosóficos y profundos que permitan salvar al pueblo de esas dos tragedias. El partido comunista decidió salir adelante con dos medidas claves que implementó enseguida: sembrar yuca y darle poder a la policía para aumentar la represión.
Así de sencillo. Una llamada nacional para que los campesinos, los voluntarios, los desempleados y todo aquel que muestre interés, se ponga a cultivar yuca a toda velocidad para abastecer de materia prima a una planta que se construye en la zona central del país y que deberá producir harina en cuanto esté terminada.
La nueva planta, ha dicho el vicepresidente Salvador Valdés Mesa, está todavía en un periodo de preparación, pero en algún momento permitirá a las nuevas generaciones de isleños “disfrutar a plenitud de la harina de yuca.”
Ya está. Podrán escasear otros alimentos como la carne, el arroz, los frijoles, el pescado y el pan. Sin embargo, en cuanto se termine la planta que se levanta en Cienfuegos y la tierra comience a dar el fruto de los cangres que se sembrarán, la harina de yuca no va a faltar.
La otra medida también es sencilla. Se trata de instruir a la policía para se muestre implacable con los críticos, que eleve hasta el límite su nivel represivo para que no produzcan manifestaciones publicas ni muestras de descontento entre sectores de la sociedad que requieren soluciones coherentes a los problemas económicos, medidas justas y libertad plena para los que viven y respiran en Cuba.
Los gobernantes, esta es la verdad, aprovechan la pandemia para presionar a los grupos privados y llevar contra la pared a la oposición pacfica, al tiempo que se presentan, en el plano internacional, como héroes solidarios que envían médicos al extranjero.
Quiero utilizar, para culminar esta nota, unas líneas de mi colega y amigo Luis Cino, que hace un retrato fiel de la manera de proceder de los gendarmes. “Hay que hablar de los abusos, que están a la orden día luego que los mandamases les dieran luz verde a los policías para ser más severos. En vez de un cuerpo de agentes públicos que velan por el bien de la ciudadanía, la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) parece un hostil ejército de ocupación.”
Ya se sabe, los viejos cuadros comunistas acuden a soluciones sencillas ante cualquier situación extrema. Lo han demostrado ahora: yuca y policía.
Raúl Rivero
Blog de la Fundación Nacional Cubano-Americana.
Foto: La yuca, como el boniato, son dos de las viandas más consumidas en Cuba y que de distintas maneras se pueden preparar. Con un mojo de ajo, cebolla y naranja agria o limón, en el caso de la yuca, o frito o hervido en el caso del boniato. Tomada de Magzter.