El Trío Hermanos Rigual fue fundado en 1941 en La Habana por los hermanos Carlos, Mario y Pedro Rigual Rodríguez. Ellos no eran habaneros: eran banenses, vinieron al mundo en Banes, hoy uno de los 14 municipios de la actual provincia de Holguín (y no erróneamente como en algunos sitios se dice, que eran naturales de Guantánamo). Los Rigual tuvieron la dicha de haber nacido y haberse educado en el seno de una de las más importantes familias de músicos de la antigua provincia de Oriente. Sus primeras lecciones musicales la recibieron de su madre, Juana Rodríguez, después del guitarrista y pedagogo Vicente González Rubiera (Guyún).
Además de Santiago de Cuba, cuna del bolero y del son, en otras ciudades, zonas rurales y pequeños poblados orientales, surgieron figuras de gran prestigio internacional, como fue el caso de los Hermanos Rigual y de sus primos Pedro Jústiz Rodríguez (Peruchín) y Absalón Pérez, relevantes pianistas y directores de orquestas quienes realizaron significativos aportes a la música cubana y también eran oriundos de Banes.
El mayor de los tres, Pedro, nació el 29 de junio de 1918. Le seguía Carlos, el 4 de noviembre de 1920 y Mario, el menor, el 19 de noviembre de 1922. Desde pequeño, a Pedro le decían Pituco y con ese apodo se quedó (en internet aparece con k, pero lo he puesto con c porque dudo que en los albores del siglo XX en Cuba la k, como la y, fueran tan usadas como ahora). Sus abuelos maternos, Emilio Rodríguez y Juana Pérez, fueron dos talentosos músicos de Gibara que se radicaron en Banes a finales del siglo XIX y allí fundaron orquestas, bandas y academias en las cuales se formaron varias generaciones de instrumentistas, como Absalón Pérez, que en 1934 viajó a México con la orquesta de la compañía lírica de Ernesto Lecuona, llegó a ser pianista de Toña La Negra y Pedro Vargas y se convirtió en director de una de las más populares orquestas de la capital mexicana. Fue precisamente Absalón, primo de los Rigual, uno de los que influyó para que los tres hermanos se estableciera en ese país en la década de 1950.
En 1925, Ángel Rigual consigue un empleo en el Ministerio de Hacienda y se traslada a La Habana con su esposa Juana y sus hijos Pituco, Carlos y Mario. Aunque ninguno de los tres había cumplido los diez años, en la capital recibiieron la influencia de los tríos trovadorescos, de moda en ese momento, igual que las canciones mexicanas y los grupos vocales estadounidenses. En 1940 comenzaron a acoplar sus voces en audaces armonías y pronto, gracias a la radio, fueron escuchados en otros países. En octubre de 1941 el Trío Hermanos Rigual debuta en Regalías El Cuño, uno de los programas estelares de CMQ-Radio. Dos años después, centralizaban los espacios radiales Canciones Internacionales, en la emisora Mil Diez, y La Hora Alegre, de la emisora RHC Cadena Azul. En 1945 con la orquesta de Arcaño y sus Maravillas graban el danzón Cubanita.
El debut internacional de los Rigual se produjo en California, Estados Unidos, pero sin gran repercusión. Muy diferente a lo sucedido en México. Según la revista Bohemia del 9 de noviembre de 1947, un empresario azteca los oyó y los contrató para inaugurar el Teatro Río de la capital mexicana.
México se convertiría en su segunda patria y llegaron a ser el primer trío en recorrer el circuito completo del mundo del espectáculo, al triunfar en radio, discos, cabaret y cine, como en una película mexicana, donde los Rigual interpretan Fidelidad, mientras una jovencísima Olga Guillot observa desde la barra. Los primeros discos grabados por los Rigual contenían boleros cubanos y su participación en filmes como Ahí vienen los Mendoza y La Venus de Fuego, en los que alternaron con artistas de la talla de Pedro Vargas y Avelina Landín, entre otros, cimentaron su prestigio en el continente americano.
Al retornar a Cuba tras su primera gira por México, la revista Bohemia del 16 de mayo de 1948, publicaba una amplia información sobre su nuevo contrato en la CBS norteamericana. De sus triunfos en México resaltaba su estilo único y una grabación del bolero Qué te parece, del maestro Julio Gutiérrez, que llegó a encabezar el hit parade mexicano. Incluía una foto de una de las actuaciones de los Hermanos Rigual con sus guitarras, trajes estrafalarios y ojos saltones junto a Agustín Lara y su orquesta del Teatro Follies.
Al igual que Rosita Fornés, Benny Moré, Pérez Prado y otros artistas cubanos, en poco tiempo, los Rigual cimentaron un alto prestigio. En Cuba, llegaron a desplazar a tríos de corte tradicional, como el de Servando Díaz, y ocuparon el primer lugar en las famosas encuestas de la Asociación de la Crónica Radial e Impresa, que en 1948 y 1950 los eligió como mejor conjunto vocal. Esos tres años fueron de intenso bregar artístico en Cuba y en el extranjero. Se presentaron a lo largo de la isla y también en Banes, donde vivía parte de su familia. Periódicos locales como El Pueblo se hicieron eco de esas actuaciones, de los estrenos de sus películas y otros éxitos de su carrera.
Antes de concluir la década de 1940, los Rigual se habían presentado en importantes escenarios de Estados Unidos, Panamá y Colombia, entre otras naciones donde sus discos competían por los primeros lugares con el trío mexicano Los Panchos, el gran rival que siempre tuvieron los Hermanos Rigual. Pero a diferencia de aquéllos, los banenses impusieron un estilo moderno que incluía guitarras y maracas, efectos sonoros originales, se acompañaba de grandes orquestas y se movían y bailaban según lo que cantaran. Por su complejidad vocal-instrumental tuvieron muchos seguidores, pero no tantos como Los Panchos, quienes se convirtieron en arquetipo de modelo acústico tradicional, mientras el cubano lo fue como trío moderno. De ahí que la publicidad en cada una de sus presentaciones a raíz de su apoteósico triunfo en México subrayaba que era “el mejor trío armónico de América”.
Otra de las peculiaridades de los Rigual fue su asimilación de los recursos del filin. En su libro El jazz en Cuba, el musicólogo Leonardo Acosta afirma que fue el único trío vinculado directamente al filin, los primeros que grabaron y contribuyeron a popularizar internacionalmente canciones como Hasta mañana vida mía, de Rosendo Ruiz, Contigo en la distancia, de César Portillo de la Luz y Tú me acostumbraste, de Frank Domínguez, entre otros creadores. Y sin dejar de incluir sones, guarachas y números afrocubanos en su repertorio.
En la década de 1950, el Trío Hermanos Rigual siguió manteniendo al bolero como centro, pero con el auge del cha cha chá, género creado por Enrique Jorrín, en sus frecuentes giras por América y Europa, hicieron variantes del bolero-cha. En esa línea se destacan Te adoraré más y más de la autoría de Pituco, y la versión de Vereda tropical que el maestro Rafael de Paz realizara del antológico bolero de Gonzalo Curiel. En 1954, les entregaron en La Habana esas dos piezas a Tito Gómez, que las grabó con la Orquesta Riverside y tuvo una extraordinaria acogida.
A partir de 1954, los Rigual comenzaron a dar a conocer su faceta autoral. El primero fue Pituco, quien en binomio con el cubano Mario Álvarez compuso la canción Mi nav, interpretada por Pedro Infante en la cinta El rayo justiciero. Posteriormente fueron contratados para participar en películas como Cucurrucú paloma y Despedida de casada. En otra película mexicana acompañan a Fernando Martínez, el crooner de México.
Su apretada agenda artística en México no les impidió hacer presentaciones y giras junto a otros artistas y orquestas, entre ellos los cubanos Chico O’Farrill y Mario Bauzá y el italiano Ennio Morricone. O producir el disco La Guayabita con Avelino Muñoz, pianista y organista panameño. Tampoco seguir dando a conocer boleros de su autoría, que lograron gran popularidad en las voces de Nelson Pinedo, Panchito Riset y Luis García, entre otros. En un filme de la época, el chileno Antonio Prieto canta Eres mi locura, bolero de Pituco que los tres hermanos acompañan con sus guitarras. De esa época son Trompo de juguete, Yo soy tu amigo y Especialmente para ti.
Carlos, por su parte, lanzó éxitos como Tengo una esperancita, El pollo de Carlitos y un cha cha chá estrenado en el filme Sube y baja (1958), protagonizado por Cantinflas. Se titula Corazón de melón y lo interpretaron las cinco Hermanas Benítez. Sesenta años después, Corazón de melón, en la versión de Pérez Prado y su Orquesta, formaría parte de la banda sonora de Roma, premiada cinta del mexicano Alfonso Cuarón, que en la gala de los Oscar 2019 ganó tres premios: Mejor fotografía, Mejor director y Mejor película extranjera.
Los Rigual siguieron dando conocer a composiciones propias en sus actuaciones en Argentina, Venezuela, Canadá, Portugal y España, donde compartieron escenarios con Josephine Baker, Ernesto Lecuona, Eddy Duchin, Ezzio Pinza y Xavier Cugat, entre otros. A inicios de los 60, los aires renovadores que vivía la música popular en todo el mundo no les fueron ajenos a los tres hermanos. En 1961, Carlos y Mario concibieron Cuando calienta el sol, pieza que representa la transición del bolero a la balada, aunque en Cuba y otros países se cantó como bolero por infinidad de solistas, tríos y agrupaciones musicales. Junto a Llorando me dormí, del puertorriqueño Bobby Capó, Cuando calienta el sol está considerada una de las dos primeras baladas-rock latinoamericanas.
A mediados de la década de 1960, Cuando calienta el sol se convierte en un hit universal, después fuera interpreta por los Hermanos Rigual en Nueva York, Londres, París, El Cairo, Roma, Venecia, Trípoli… Grabaron discos en inglés e italiano y se convirtieron en los primeros artistas de América que en Italia actuaron en el Festival de la Canción de San Remo, en 1964, interpretando en italiano Sole sole, de Zanin-Cascadei. En uno de sus discos, los Rigual incluyeron Sole sole en español. En el LP titulado Las Guitarras de los Hermanos Rigual se pueden escuchar versiones instrumentales de Historia de un amor, Colina Rosa, Tiernamente (Tenderly), Caminito, Ramona, Siempre (Always), Yo te quiero mucho, Currucucú paloma, Malagueña, La paloma, Anita y Cuando calienta al sol.
Según un reportaje de Guillermo Domínguez publicado el 12 de febrero de 2022 en El Heraldo de México, a fines de los años 50, los Hermanos Rigual durante una visita a la playa de Masachapa, en la costa del Pacífico nicaragüense, conocieron a Rafael Gastón Pérez, compositor local quien a los integrantes del trío les dio a conocer varias de sus canciones. Escribe el periodista mexicano que los cubanos sintieron una corazonada al escuchar Cuando Calienta el sol en Masachapa, y toda la noche se la pasaron bebiendo juntos e insistiendo en que les vendiera la letra. En esa época, Gastón tenía problemas con la bebida y terminó embrriagándose.
Supuestamente, esa situación habría sido aprovechada por los Rigual, para que el nicaragüense firmara la cesión de derechos. «La cifra fue toda una miseria, ya que el estado etílico del compositor evitó que se diera cuenta de que lo estaban estafando al ofrecerle solamente 10 dólares de entonces».
En una nota que en fecha no precisada salió en El Nuevo Diario de Nicaragua, se afirma que «no hay prueba ninguna para inculpar a los Rigual, aunque los maledicentes dicen que sí y nombran a un testigo de excepción, don Lucho Gatica. Y cuentan que el chileno en una oportunidad le entregó dinero a la viuda de Gastón Pérez, asegurándole que era para compensarla por el tantísimo dinero que la canción produjo a quienes no la habían compuesto». La polémica sigue servida.
En 1980, el Trío Hermanos Rigual recibió en Estados Unidos un trofeo de la Broadcast Music Inc al arribar Cuando calienta el sol al millón de ejecuciones en radiodifusoras estadounidenses. Se calcula en más de mil las versiones de esta pieza, entre ellas la de Nancy Sinatra, Luis Miguel y Gente de Zona. Tras el éxito mundial de Cuando calienta el sol, los Rigual siguieron cantando números suyos y de otros autores. Pero en 1994, cuando Carlos murió en México, Mario y Pituco decidieron abandonar definitivamente los escenarios. Entre sus últimas composiciones más versionadas se encuentra el bolero de Pituco, Camino del puente, popularizado en Cuba en la voz de Vicentico Valdés los sones Mulata a go go y Maní tostao y la guaracha Muñeca viajera.
Otros hits de los Hermanos Rigual fueron María Isabel, que en los 60 se escuchaba en la radio cubana por Los Payos, pero no por José Feliciano, entonces censurado en la Isla. Piel canela también fue un número muy conocido y entre otros lo han cantado Bobby Capó y la Sonora Matancera, Los Panchos, Natalia Lafourcade y Tin Tan. El pollo de Carlitos, de Carlos Rigual, formó parte del repertorio de las Hermanas Benítez, del boricua Tito Rodríguez y su Orquesta y de la Orquesta Hermanos Castro (no emparentados con los Castro de Birán).
Se sabe que en 1994, a los 74 años, Carlos Rigual Rodríguez murió en México. Pero se desconoce si los otros dos hermanos se quedaron viviendo en México, en otro país o regresaron a Cuba, a La Habana o a su Banes natal. Pedro (Pituco), el mayor de los tres, nacido en 1918, debe haber fallecido y Mario, de vivir, rondaría los 97 años. Lamentablemente, por realizar en el exterior la mayor parte de su carrera artística, la historiografía musical cubana, no ha justipreciado los extraordinarios aportes a la evolución e internacionalización del formato al que se mantuvieron fieles durante toda su vida: el trío.
Forjados en la tradición de una modesta e insoslayable familia de músicos holguineros, con su particular impronta, fueron grandes embajadores del bolero y la música cubana. Y lo seguirán siendo, porque algunas de sus composiciones son verdaderos clásicos que continuarán escuchando, cantando y bailando las nuevas generaciones en Cuba y el mundo. Un ejemplo de su vigencia es que Cuando calienta el sol, el número que los hizo famosos a nivel global (en la España de los 60 se convirtió en Canción del Verano), más de cinco décadas después, era incluida en el programa La mejor canción jamás cantada, de RTVE, trasmitido el 22 de febrero de 2019.
Según Discogs, los Rigual grabaron 53 discos en distintos formatos y aparecieron en cinco compilaciones. Por lo menos en cuatro, grabados para la RCA Victor, contaron con el acompañamiento de Ennio Morricone y su orquesta. En 1963, grabaron el LP Los Hermanos Rigual con 12 piezas, y Blanca como paloma, un sencillo con La piú bella della spiaggia por una cara y Blanca como paloma por la otra. Y en 1964, un disco con cuatro números: Dondolano, Marcella, Cuando el cielo y la luna y en En una tarde de verano. También un sencillo con dos canciones interpretadas en italiano, Mezzanotte y Sole sole.
Tania Quintero
Foto de los Hermanos Rigual tomada de RTVE.
Nota.- Este texto fue redactado -y enriquecido-, a partir de la biografía sobre los Hermanos Rigual publicada por César Hidalgo Torres en su blog Aldea Cotidiana el 30 de noviembre de 2017. Hidalgo es locutor, guionista, historiador y director de programas de Radio Angulo de Holguín.