La emprendedora privada Saily González, moderadora de la plataforma ciudadana Archipiélago, aun dormía, cuando pasada las cinco de la madrugada un grupo de mujeres rodearon su casa en la ciudad de Santa Clara, a poco más de 270 kilómetros al este de La Habana. La turba, cumpliendo instrucciones de la policía políticas, comenzó a gritar Viva Fidel y Gusana, entre otros insultos. González salió al portal de su vivienda y con el teléfono móvil grabó el acto de repudio.
Un día antes, el domingo 14 de noviembre, Yunior García Aguilera, dramaturgo y líder de Archipiélago, fue acorralado por hordas paramilitares vestidas de civil en su apartamento del reparto La Coronela, municipio Lisa, al oeste de la capital. Yunior tenía la intención de caminar en solitario con una rosa blanca desde el Parque del Quijote, en 23 y J, Vedado, hasta el Malecón, por el respeto a sus derechos y la excarcelación de las más de 600 personas que se manifestaron el 11 de julio y aún permanecen encarceladas.
Los represores llegaron al absurdo, al subir a la azotea del edificio y desde allí bajar grandes banderas cubanas que taparon las ventanas del apartamento de García Aguilera e impedir que la prensa extranjera, desplazada a la fuerza a más de 200 metros del lugar, fotografiara un pequeño cartel escrito por Yunior que decía: Mi casa está bloqueada.
Un vecino de La Coronela cuenta que entre agentes de Seguridad del Estado, paramilitares y trabajadores de empresas cercanas, alrededor de 200 personas fueron movilizadas. «Dos ómnibus del transporte público y varias patrullas fueron atravesados en la calle. Parecía un operativo para detener a Osama Bin Laden. También llevaron a militares jubilados de la Asociación de Combatientes. Les dieron almuerzo, comida, un pan con jamón de merienda y dos cajitas de jugo. Los tenían rotando las 24 horas, haciendo guardia. Después que se fue la prensa extranjera, el operativo se intensificó. En La Coronela, contrario a otros barrios habaneros, todavía hay gente que se deja coger pa’eso, porque aquí residen muchos ex militares y cerca hay una sede de la Seguridad del Estado. Las dos señoras que fueron a casa de Yunior el lunes 15 por la mañana, a decirle que no le iban a permitir sus provocaciones, reciben dinero de parientes que viven en Estados Unidos. Lo sé porque son vecinas mía».
El domingo 14, La Habana amaneció con fuertes lluvias, debido a la entrada de un frente frío. El tiempo no impidió un extraordinario despliegue policial en puntos céntricos de la ciudad. No se podía caminar por el Paseo del Prado tampoco por el Parque Central, donde el régimen montó unas ridiculas tiendas de campaña. Un paripé festivo con pañoletas rojas, música y consignas y al cual no se sumaron los vecinos de los alrededores. En la mañana del domingo, el presidente designado por Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta, se sentaron en el portal del otrora Teatro García Lorca, hoy Alicia Alonso, para escuchar al cantante Tony Ávila.
Desde hace días, en La Habana se respira un ambiente de tensión. Las calles están menos concurridas que en otras jornadas e incluso las colas para comprar pollo importado de USA en moneda nacional han sido menores. Patricia, economista, señala que “el horno no está para pasteles. El lunes 15 de noviembre no fui a trabajar. El viernes 12, en mi empresa movilizaron a varios trabajadores a diferentes zonas donde supuestamente iban a manifestarse disidentes. Salí a la calle a comprar comida por necesidad”.
Ángel, taxista privado, bebe agua de un pomo plástico mientras conduce, comenta: “Toda la zona del Malecón, Quinta Avenida, Parque Central y puntos céntricos en La Habana Vieja y Centro Habana están llenos de boinas negras y camiones con guardias. Si te cogen filmando te ponen una multa y vas a parar a un calabozo. El pitcheo está duro. Pero peor va a estar cuando termine la movilización. Porque para aparentar normalidad, han mermado los apagones y los cara de guante del gobierno han tirado pa’la calle un poco de comida, pa’que la gente llene un poco la barriga. Y como el transporte estaba en candela, sacaron unas cuantas guaguas”.
Desde el viernes 12 de noviembre y hasta el lunes 15 a las tres de la tarde, Cubalex y otras organizaciones independientes, reportaban la detención de 53 activistas, la realización de más de 50 actos de repudio y aproximadamente un centenar de personas se encontraría bajo arresto domiciliario. Personalidades internacionales han solicitado al gobierno cubano que permita las marchas pacíficas. El lunes 15, el cantautor Pablo Milanés, publicó un contundente mensaje:
«¡Flores del futuro! #15NCuba Mi apoyo a Yunior García Aguilera y todos los cuban@s que él representa y luchan dentro y fuera de Cuba. Es hermoso que coincidamos en mostrar nuestro reclamo de libertades absolutas a través de las flores. Escribí esta canción para el disco que compartí con Miguel Núñez hace ya más de 7 años», escribió Milanés en sus cuentas oficiales en Facebook y Twitter, junto con la letra de su canción Flores del futuro y un video donde la interpreta. «Mi desprecio a esas turbas que usan para ‘representar lo mejor del pueblo’. Me da vergüenza ajena que gente de mi raza se preste a ser como los antiguos cazadores de cimarrones de su propio suplicio y dolor. Los están utilizando. ¡Despierten! Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo. En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié. Creo en los jóvenes, que con la ayuda de todos los cubanos, deben ser y serán el motor del cambio».
La dictadura verde olivo sigue ciega y sorda. Sus reacciones son cada vez más represivas, desmesuradas, inexplicables y burdas. Como suspenderle la acreditación a corresponsales de la agencia española EFE. Tras el escándalo, unas horas después se las reintegró a dos de sus periodistas, pero tres reporteros seguían sin ellas.
La plataforma ciudadana Archipiélago, integrada por un abanico de jóvenes artistas, intelectuales y emprendedores privados de diversas tendencias políticas, a tres meses de fundada ya tiene más de 30 mil seguidores. Su narrativa política gusta a un segmento de cubanos de a pie, que ve con buenos ojos el diálogo entre gobierno y oposición.
Gustavo, profesor, lo explica así: “La única salida para la crisis sistémica en nuestro país es un diálogo entre todas las partes. Sean disidentes, emigrados o miembros del partido comunista. Cualquier otra postura en contra del dialogo y a favor de la represión a los activistas opositores puede desencadenar una espiral de violencia que no sabes cómo puede terminar”.
Noel, abogado, considera que es irresponsable por parte de las autoridades instigar el odio y la violencia entre sus partidarios. “Es el camino más fácil, pues al contar con la fuerza militar y policial de un Estado, te permite eliminar a tus adversarios mediante la fuerza. Pero los problemas de Cuba no se van a solucionar con violencia. Es el diálogo el camino para iniciar una transición gradual. En ese diálogo cabemos todos. La suerte de nuestra patria nos importa a todos”.
Las divergencias políticas, sociales y étnicas incitadas por un gobierno de facto pueden conducir a matanzas y guerras civiles. No olvidemos Ruanda. Todavía está por ver hasta dónde llegaría la demostración de fuerza del régimen. La represión que en los últimos meses ha desatado el régimen, también es un mensaje de ida y vuelta que por objetivo tiene intimidar a un sector importante de la población descontenta con el actual modelo económico y político. Pero los cubanos ya se cansaron de esperar.
Iván García
Foto: Camiones militares con guardias vestidos de civil, listos para reprimir a quienes se atrevieran a salir a marchar, permanecieron el lunes 15 de noviembre por el Paseo del Prado y el Malecón de La Habana. Tomada de Radio Televisión Martí.