Home / La Carpeta de Iván / Un tal Iván

Un tal Iván

En octubre de 2009 comencé a escribir para el diario español El Mundo, un blog a dos manos, llamado 90 millas, con el periodista cubano radicado en Miami, Max Lesnik, así como algunas notas, artículos, crónicas e historias sobre la vida del cubano y mi percepción del gobierno de los Castro. No pasaron muchos días cuando varios amigos (otros no tanto) se me acercaron. Después de felicitarme, me dieron algunos consejillos.

Un viejo zorro y experimentado reportero, en confianza y en tono apagado, me dijo: “Tira muchas curvas, enseña poco la recta, intenta hacer historias de color que no te traigan problemas, luego cobras y vive lo mejor posible, si andas con el AKM en ristre, el gobierno te va a pasar la cuenta”, me indicó el avezado periodista, vividor, oportunista y cínico como muchos en Cuba, que quieren tener un buen salario en moneda dura, sin tener grandes complicaciones con el status quo.

El viejo reportero conoce mi amor por el periodismo deportivo, y por ello usó la jerga beisbolera. «Dar curva» en la isla es narrar sobre la historia del malecón, el barrio chino o el Capitolio. Hablar de cosas curiosas o contar cómo un paquete de periódicos Granma tirado por una avioneta en las montañas orientales mató por la fuerza del golpe a una vaca. O sea, que escribiera «noticias» intrascendentes y dejara a un lado los artículos críticos.

Para escribir crónicas de color y tirar curvas, renuncio a escribir en El Mundo. Digo y cuento lo que pienso. Ustedes, los lectores, tienen la oportunidad de mostrar sus desacuerdos en los comentarios. Estoy muy lejos de creer que lo que escribo sean verdades absolutas. Quizás esté equivocado. Pero son mis opiniones sobre algún suceso, tema o personaje.

A estas alturas de mi vida, con casi 45 años, defiendo sin temor mis criterios. Tengo miedo de ir preso muchos años como prometen las leyes cubanas hacia todas aquellas personas que disienten públicamente. No tengo vocación de mártir. Pero no voy a cambiar mis ideas. Aunque vaya a parar a una celda tapiada de la seguridad del estado o una sucia galera de una prisión cubana.

Es sano el ejercicio de la discrepancia. Y también el debate de ideas y el diálogo con personas que piensen distinto. Pero cuando en Cuba un medio te critica o ataca, tiembla. Te están enviando un mensaje de ida y vuelta. Algo así como, cállate o te haremos talco.

Se sabe que el inicio de una ofensiva vigorosa por parte del aparato estatal, es el preludio de otras acciones. Desde actos de repudio hasta amenazas y humillaciones a tu familia. O en último caso, detenerte, sancionarte y mandarte a chirona.

Yo le preguntaría a un periodista de calibre como Max Lesnik o al abogado José Pertierra, si alguna vez han sentido sobre sus nucas el soplo paralizante de los servicios secretos de Estados Unidos o el abrazo de oso del gobierno gringo, por tener criterios discrepantes sobre el sistema norteño o manifestar admiración por la Revolución cubana.

Me temo que no. Cierto que en la Florida, en los años 70 u 80, un grupo de intolerantes cubanos, más terroristas que otra cosa, llegaron hasta el asesinato de personas que apoyaban a Castro. Pero en este siglo 21 algo debe haber cambiado en la Pequeña Habana. Y de más está decir que ninguna administración estadounidense instruye a sus medios oficiales, como la Voz de América, para intimidar a sus rivales políticos.

Estados Unidos es capaz de lo mejor y de lo peor. Cualquier loco que tenga un mal día, con una carabina al hombro y silbando una canción de Bruce Springsteen, liquida a una docena de personas como si estuviera practicando el tiro al blanco en una feria. Presiento que Lesnik o Pertierra y los compatriotas al otro lado del charco, tienen toda la libertad del mundo para escribir y decir lo que piensan.

En Cuba no. Y ese es el punto. Desde que nací, en 1965, nunca he conocido eso que se llama democracia. Y antes de morir, quisiera vivir en una sociedad plural, donde tu persona no le interese en lo más mínimo al Estado. Y si  los gobernantes no me aprecian, por ciertas leyes escritas en la Constitución, no se me encierre en una cárcel.

Me da igual quien esté en el poder. Sea comunista, liberal, verde, socialdemócrata, de derecha o de centro izquierda. Pero que haya ganado en unas elecciones. Me pregunto si esto es un sueño imposible. Creo que no. Por eso escribo lo que pienso.

Recuerdo que en una tarde fría y gris de febrero del 2003, el poeta y periodista cubano Raúl Rivero, con dos dedos en su máquina Olivetti Lettera-25 tecleaba: “Ningún mandato me puede impedir escribir en el país donde nací y nacieron mis abuelos. Soy un hombre que escribe”. Yo también.  Aunque tenga mucho que perder.

Con la paranoia típica de las personas hostigadas y con mis temores a cuestas, enviaré historias, artículos y crónicas sobre la realidad de mi país. Redactadas desde mi destartalado apartamento en la barriada de la Víbora, mi patria chica. No seguiré el consejo del avezado reportero. Escribiré muchas rectas, pocas curvas.

Iván García

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

9 comentarios

  1. Genial! Mis respetos como siempre, seguido de mi agradecimiento!

  2. El Negro Caribeno

    Hi Ivan,

    Continua escribiendo porque estoy seguro que un dia vas a vivir en un pais con democracia. Yo soy un hombre negro y numca vivi peor que en Cuba, nunca se me ha tratado mas mal que en Cuba. Desde que abandone Cuba a cada lugar que he ido se me ha tratado con mucho respeto, principalmente en USA, Canada, y el mundo desarrollado. Se lo que es libertad de expresion porque digo que estoy muy viejo para callarme lo que creo, y asi vivo mi vida. El dia mas feliz de mi vida fue el dia que deje Cuba, es aun el dia mas feliz de mi vida a pesar que han nacido tres de mis hijos despues de ese dia. Se lo que sientes por eso me marche del pais pero reconozco que no tome la decision correcta porque si todos lo que nos hemos marchado hubiesemos decidido quedarnos y luchar los monstruos no estarian aun en el poder.

  3. Soy español. He estado dos veces an Cuba, un mes cada. Si todos dijeran tranquilamente lo que piensan es posible que los CDR no dieran a basto. Es posible que no habría cárceles para todos. Pero un miedo congénito impide disparar ése proceso. No se trata de atentar contra nadie. Es no sentirse mermado en tu propia identidad y pensamiento. Si todos actuasen al unísono no habría cárceles. La cárcel que es ahora Cuba caería en su propio absurdo abriendo las puertas a la palabra, al pensamiento, a la acción… a superar ése primer peldaño de la pirámide de Maslow que mantiene a todos en Cuba pendientes de comer por lo menos hoy.

    Si yo fuera cubano y pensara como pienso actuaría como tú, mínimamente!.

  4. Soy español. He estado dos veces an Cuba, un mes cada. Si todos dijeran tranquilamente lo que piensan es posible que los CDR no dieran a basto. Es posible que no habría cárceles para todos. Pero un miedo congénito impide disparar ése proceso. No se trata de atentar contra nadie. Es no sentirse mermado en tu propia identidad y pensamiento. Si todos actuasen al unísono no habría cárceles. La cárcel que es ahora Cuba caería en su propio absurdo abriendo las puertas a la palabra, al pensamiento, a la acción… a superar ése primer peldaño de la pirámide de Maslow que mantiene a todos en Cuba pendientes de comer por lo menos hoy.

    Si yo fuera cubano y pensara como pienso actuaría como tú, mínimante!.

  5. Todos tus escritos – al margen de que se compartan o no tus opiniones – reflejan la gran honestidad que hay en ti. Y en periodismo, es un valor básico. Te animo a que sigas escribiendo.

  6. Se del miedo que ustedes pasan ya que eso es inevitable en nuestro pais cuando se dicen las verdades que van en contra de los criterios estatales. Pero a pesar de ello, estoy viendo que nuestra gente lo esta perdiendo y tenemos muchisimas esperanzas puestas en ustedes. Solo, a mis anos, que son unos cuantos por no decir bastantes, nos sentimos avergonzados de no poder apoyarlos mas…..Le pido a Dios a diario por ustedes y que los ayude a seguir adelante a ver si pronto tenemos un cambio verdadero y con esa democracia que tanto necesitamos, un abrazo.

  7. Hola Iván!!

    Tienes una pluma deliciosa para tus lectores y sea de donde fueren tus escritos, vale la pena leer tu fluidez verbal escrita con profundidad.

    En Colombia, por ejemplo es una pena que no se pueda disentir del gobierno, no juzgan pero cuando menos piensa asesinan las personas que lo hacen. La libertad de expresión en mi país sí que deja mucho que pensar.

    Un abrazo y mis deseos por un 2010 colmado de feliciades y mis mejores deseos.

  8. ivan, descubri tus escritos y los de laritza hace unos meses por claudia, y desde entonces los tengo puesto en mis favoritos. siento gran admiracion por lo que escriben, con mucha honestidad, simpleza y bajo un ambiente hostil. estuve en cuba en fin de año. antes de regresar, en el aeropuerto, mi papa me dio algunos consejos, entre ellos me dijo: no te metas en politica. imaginate, yo, 40 años, viviendo en una sociedad democratica, sin miedos de ningun tipo y mi papa todavia me aconseja que no me meta en politica. tiene el miedo en los huesos. me imagino que lo que le pase a ustedes con su familia sea mil veces peor, pues ustedes estan en el monstruo, el de verdad, no el que nos hicieron creer repitiendo a marti. solo te digo que ustedes tienen mucho apoyo de la gran mayoria de personas en el exterior, y si de algo les sirve, eso no pasara desapercibido cuando la sociedad democratica se imponga.

  9. Fernanda Nacif

    Me Queda la Palabra
    (Paco Ibañez)

    Si he perdido la vida, el tiempo,
    todo lo tiré como un anillo al agua,
    Si he perdido la voz en la maleza,
    me queda la palabra.
    Si he sufrido la sed, el hambre,
    todo lo que era mío y resultó ser nada.
    Si he segado las sombras en silencio,
    me queda la palabra.
    Si abrí los ojos para ver el rostro
    puro y terrible de mi patria.
    Si abrí los labios hasta desgarrármelos,
    me queda la palabra.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x

Check Also

Aumenta la pobreza y el egoísmo entre cubanos

Aumenta la pobreza y el egoísmo entre cubanos

El empleado de una elegante dulcería ubicada en la avenida 23, frente a la heladería Coppelia, en el Vedado habanero, intenta espantar a una mujer con dos hijos que suele merodear por los alrededores, pidiendo dinero o recogiendo sobras que dejan los clientes.