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Raúl Castro ha sabido improvisar con el carro en marcha

La administración del General Raúl Castro ha sabido improvisar con el carro en marcha. Castro II, quien el pasado 3 de junio cumplió 80 años, ha tenido una trayectoria como guerrillero, militar y político, siempre agazapado tras la sombra de su mediático hermano que gobernó la isla durante 47 años con un poder personalista y extensos discursos antimperialistas.

El General Castro sabe de sus limitaciones. No tiene labia para cautivar a sus homólogos políticos del mundo o llenar plazas con encendidas arengas. Suele trabajar en equipo. Y escucha sin interrumpir la disquisiciones de los otros.

Tampoco tiene complejos de estadista mundial. Nunca fue el más listo de la clase. Pero le ha tocado regir los destinos de una nación empobrecida tras 52 años de disparates económicos, burocratismo feroz, campañas bélicas y subversión en el Tercer Mundo. Sabe que su misión es tratar de salvar el legado histórico de la revolución e intentar crear un continuismo ideológico tras su muerte y la de su hermano.

Antes de comenzar a reformar el edificio de cimientos endebles, hizo una evaluación de los daños. El diagnóstico fue correcto. Sobran burócratas; el partido es un intruso en materia de dirección de empresas; había necesidad de estimular el trabajo particular y también de mandar al paro a más de un millón de trabajadores.

Hace énfasis en apretarse el cinturón y ajustarse a los presupuestos, algo sagrado. Nada de tomar dinero del erario público por puro capricho y construir un centro de biotecnología fuera de la planificación anual. Eso eran cosas del hermano, quien se saltaba las reglas como tomarse un vaso de agua.

Todavía Castro II cree en las teorías marxistas. Pero es un tipo realista. Y cuando abre en su buró el mapamundi, observa que ninguna nación comunista salió adelante con planes quinquenales y economía centralizada. Pero es prudente.

Aún tiene el ojo celoso y vigilante de su hermano tomando nota. Intenta ganar tiempo. A Fidel Castro le disgusta la erosión de poder cuando deja que las personas actúen por sí mismas. Él siempre prefirió mantener atado al rebaño. Que el Estado diera  las buenas y malas noticias. Los premios o castigos.

Pero el General y sus socios militares piensan diferente. No importa cómo se llame la ideología, lo imprescindible es tener el poder. Y que la gente tome leche, se alimente bien y pueda tener dinero para consumir y distraerse.

Raúl Modesto Castro Ruz siempre ha sido un conspirador. Sus reformas serán a ritmo de danzón. Lentas, seguras y previendo los desastres. Pero decididamente, al final del túnel, el modelo que Cuba intenta seguir es una mezcla de Vietnam y China, aderezadas con componentes del folclor latinoamericano, como las tonterías del nuevo socialismo de Chávez o el pragmatismo de una izquierda moderna como la brasileña.

Juega a tres bandas. De China necesita dinero y experiencia en el manejo de una economía de mercado y un control riguroso sobre los disidentes. Vietnam es un buen ejemplo de cómo una nación puede recuperarse tras una cruenta guerra.

Hay similitudes entre Cuba y Vietnam. Salvando el millón de muertos que provocó el conflicto estadounidense-vietnamita, los casi 50 años de gobierno de Castro I en materia económica y financiera dejaron una nación salida de una hecatombe.

A Chávez, el General lo apoya con reticencias: es un aliado de su hermano. Una herencia política nada agradable. El de Barinas no tiene freno. Ni siquiera cloche. Desconoce la prudencia. Tiene conectado el cerebro con la lengua. Un pecado capital para un estadista.

Pero el comandante venezolano posee petróleo. Que es caro, y Cuba lo necesita para relanzar su economía. Raúl Castro no se la juega a brazo partido, prefiere seguirlo a una distancia prudencial. Usa la lógica. Si Chávez ganó en unas elecciones el poder, esas mismas elecciones lo llevarán de vuelta a casa.

Por eso apuesta con fuerza por Brasil. No es mala opción. El gigante verde es la décima economía mundial. La izquierda que gobernó y gobierna ha demostrado capacidad, para más allá de su discurso político tercermundista, en contra de la pobreza y a favor de la justicia social, ser anfitriones de gala en la Casa Blanca y en las cumbres económicas mundiales.

Por demás, Brasil tiene la tecnología necesaria para hacer funcionar los probables pozos submarinos de petróleo en aguas jurisdiccionales cubanas, y cuya explotación en un futuro apartaría a un lado la dependencia con Venezuela.

De hecho, ahora mismo, Brasil es un socio económico   importante para el gobierno. 800 millones de dólares en el proyecto del Mariel hablan por sí solos. Las obras iniciadas al oeste de La Habana prometen. Y mucho. Según cálculos de analistas locales, será la bahía más grande del Caribe. Con capacidad de almacenar más de un millón de contenedores, maquilerias y zonas francas en un futuro próximo.

Cuando se venga abajo el embargo y los herederos de Castro sean recibidos en Washington, la ensenada de Miami como puerta de América pudiera pasar a segundo plano. Es la puesta en escena de Castro II. Sabe que ningún político estadounidense en funciones dialogará con él o su hermano.

Y desde ya prepara un delfín. Por tanto, las actuales reformas del General tienen varias etapas. Y al final se decantarán por la economía de mercado. Tampoco ha sido dogmático.

Cuando nota que algo no funciona, sean impuestos excesivos o normas absurdas, como es el caso de ampliar el número de sillas en una ‘paladar’ (restaurante privado), bajar los gravámenes a taxistas particulares o extender el número de hectáreas y tiempo de arrendamiento a pequeños agricultores, lo ha cambiado sin temblarle el pulso.

Para mantener la dinastía de Birán, el General cederá lo que haya que ceder. Incluso, diseñar una oposición a la medida de sus necesidades. Recuerden, Raúl Castro es un conspirador a tiempo completo. Claro, las verdaderas reformas echarán a andar después que muera Fidel.

Iván García

Foto: EFE, La Habana.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

Un comentario

  1. Adrian Rodriguez

    El gobierno socialista de Brasil fué electo en las urnas pormedio del voto, no como el gob. de los Castro que está en el poder por medio de «las botas».
    El primer socialista electo en Brasil fue Lula Da Silva, anteriormente siempre había salido electa la derecha. ¿ Por qué salieron electos otra vez , esta vez en la figura de una mujer ? respuesta : Porque Lula mejoró la situación económica del pueblo enormemente. Que son dos diferencias fundamentales con la tiranís fracasada de los Castros.
    1.- Votos, elecciones libres.
    2.- Mejoramiento en el nivel de vida del pueblo y florecimiento económico.

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