En la tarde del 13 de diciembre de 2011, la Sala Séptima del Tribunal Provincial de La Habana, celebró el juicio contra Amado Interián, ex oficial de la policía que disparó, causándole la muerte, al adolescente de 14 años, Ángel Izquierdo. Cuatro días antes, el 9 de diciembre, el juicio había sido suspendido por incomparecencia del acusado.
El ex policía vestía el uniforme que normalmente usan los reclusos, aunque no se pudo conocer en cuál prisión esperó la celebración del juicio. Interián ejerció su derecho a declarar, pero no aceptó que le hicieran preguntas. Frente al estrado, el acusado dijo llorando que no quiso matar a nadie y pidió disculpas a los familiares de la víctima. También mostró al tribunal todas las lesiones que recibió mientras prestó servicio en la policía.
La audiencia comenzó a la 1 de la tardem cuando se presentó el abogado defensor. Duró aproximadamente una hora y 15 minutos, con desorden y alboroto en la sala. La familia del adolescente demostró su inconformidad con la sanción solicitada por la Fiscalía al Tribunal y por la forma en que se trató de aminorar su responsabilidad.
En su informe, la Fiscalía reconoció que Amado Interián no tenía ninguna justificación para disparar su arma contra unos muchachos que estaban en una situación de indefensión y privar de la vida a uno de ellos. No obstante, solicitó para el acusado 17 años de privación de libertad por asesinato, un delito que prevé una sanción entre 15 y 30 años de privación de libertad o muerte,
Interian, de 54 años, fue sometido a peritaje siquiátrico, que arrojó que no padecía de ninguna patología mental y que en el momento de los hechos poseía la capacidad para comprender y medir el alcance de sus actos. Sin embargo, no se explicó por qué tenía licencia para portar armas, a pasar de haberse jubilado hace cinco años.
El ex oficial vive y trabaja en una finca nombrada El montecito, en Las Lajas, poblado de la barriada de Mantilla en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo, donde ocurrieron los hechos. En el juicio se dijo que la finca le pertenecía, pero no se hizo referencia sobre la existencia de un título que acreditara su derecho de propiedad.
No obstante, quedó claro que la mata de mamoncillos estaba lejos de la vivienda del acusado y que la víctima estaba encima del árbol cuando recibió el balazo. Un testigo que dijo nombrarse Marzo, dueño de la finca colindante a la del ex policía, dijo haber presenciado los hechos, aunque no vio cuando Interián disparó su Colt, el arma homicida.
El testigo contó al tribunal que en la tarde del 15 de julio de 2011, se encontraba en la finca de Interián con la intención de buscar su ganado, cuando sintieron voces. Él salió corriendo con un machete en la mano y el ex policía se puso los zapatos, la camisa y tomó el arma.
Marzo llegó primero al arbusto donde estaban trepados Ismael, de 17 años, Ángel y Yandi de 14, todos de la raza negra. Los conminaba a bajar cuando sintió el primer disparo.
Mientras descendían, los muchachos escucharon al ex policía proferir palabras obscenas y pedirle a su vecino “mata a un negro de pinga de esos”. Marzo sintió el segundo disparo y escuchó a uno de los adolecentes quejarse. Ángel se enredó con un gajo y al impacto de la bala cayó. El perito de Medicina Legal testificó en el juicio y reafirmó como causa de la muerte «anemia aguda por impacto de proyectil». La bala entró en el cuerpo de la victima por la región lumbar, atravesó el riñón izquierdo, la arteria aorta, el pulmón derecho y salió por el hombro.
El abogado defensor insistió en que era un homicidio simple, que prevé una sanción de 7 a 15 años y solicitó al tribunal que tuviera en cuenta la buena conducta, anterior a los hechos, de Amado Interián. También presentó como evidencia las condecoraciones recibidas durante sus 30 años de servicio en el cuerpo de la Policía Nacional Revolucionaria.
Maria Caridad Jiménez Medina, prima hermana de la víctima, explotó de ira mientras la defensa daba su informe final. Seguidamente, Locadio Izquierdo, tío de Ángel, se paró para interceptar a Interián, que en ese momento se retiraba, custodiado por más de una docena de uniformados del Departamento de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior, que en más de una ocasión impidieron a los familiares acercarse al acusado.
El ex policía fue jefe de sector de la zona donde residía la víctima y ha sido calificado por los vecinos como un hombre violento y abusador. “En este país por matar una vaca te echan 20 o 25 años y a éste, por matar un niño, 17 años”, dijo Nidia Medina, tía del adolescente asesinado. “Aquí no vamos a resolver nada, aquí no hay justicia” decían otros, mientras intentaban calmar a los más alterados.
La protesta paralizó al Tribunal y continuó en la calle.
Texto y foto: Laritza Diversent
Foto: El edificio que hoy ocupa el Tribunal Provincial de La Habana, en Prado y Teniente Rey, frente al Capitolio Nacional, fue inaugurado en 1958 y en él radicó el Diario de la Mariana.
Leer también: Entrevista de Laritza Diversent con los lectores de Diario de Cuba .