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El negocio de la exportación de médicos cubanos

En 1988, de manera gratuita, Fernando estuvo año y medio prestando servicios en pleno conflicto civil en Angola, donde para llegar a una consulta en caseríos apartados debía acompañarlo un zapador especializado en desactivar minas terrestres. 25 años después, prepara sus maletas rumbo a Venezuela.

Esta vez no hay guerra. El gobierno del General Raúl Castro ha convertido a la medicina cubana en la primera industria de exportación. Un negocio suculento. Los médicos son para Cuba el equivalente al petróleo en Venezuela.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en 2011, las desinfladas cajas del Estado ingresaron alrededor de 5 mil millones de dólares solo con el trueque de médicos por petróleo venezolano.

En 2003, el gobierno del difunto Hugo Chávez estableció un acuerdo mediante el cual PDVSA envía 105 mil barriles diarios de petróleo. Y La Habana paga con médicos, entrenadores deportivos y asesores militares.

Cuando Fernando, médico especialista, viajó en un IL-62M a prestar sus servicios en la selva angolana, el discurso oficial de Fidel Castro era otro. No importaba el dinero. En sus intervenciones, repetía que solo le movía el altruismo y la solidaridad ideológica, conocida por ‘internacionalismo proletario’.

Que se sepa, el régimen cubano no empezó a cobrar los servicios médicos hasta después de 1991, cuando el comunismo soviético dijo adiós. Al cortarse el caudal de rublos, petróleo y materias primas que llegaban desde Moscú, Cuba entró en una crisis económica estacionaria.

La Unión Soviética sufragaba los gastos militares en la isla. Bastaba hacer una llamada al Kremlin y  obtener créditos financieros. Fidel Castro no solo utilizó la subversión para exportar su revolución guerrillera. Un día cualquiera, con el presupuesto nacional, construía una escuela en Kingston, Jamaica. O a Nicaragua le regalaba un central azucarero.

Daba igual, el dinero no salía de su bolsillo. Pero con la estruendosa caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, la subvencionada Cuba tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos.

Las exportaciones cayeron en un 40%. La producción de azúcar en un 70%. Solo quedaba el turismo, que genera algo más de 2 mil millones de ganancias. Y las remesas familiares, una industria que entre dinero y paquetes enviados y los gastos de cubanoamericanos en sus viajes a la isla, mueve cerca de 5 mil millones de dólares al año.

Pero lo que aporta más billetes verdes al PIB es la exportación de servicios. No se tienen a mano todas las cifras. Carlos, economista, cree que “solo en prestación de servicios médicos a los países del ALBA (Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua), el monto se aproxima a 10 mil millones de dólares anuales”.

Se calcula que actualmente unos 40 mil médicos, especialistas, enfermeros y técnicos, entre otros, prestan servicios en 60 países de los cinco continentes. Las facultades de medicina de las universidades cubanas preparan hasta 5 mil galenos anuales. Una producción en cadena. Altamente rentable.

A la mayoría de ellos se les paga entre 2 y 3 mil dólares mensuales. Aunque hay naciones como Sudáfrica que doblan esas cifras. El régimen se embolsa el 95% de cada salario.

Recientemente, Brasil anunció la contratación de alrededor de 6 mil médicos cubanos para trabajar en zonas rurales y deprimidas del país. En un comunicado, el Consejo Federal Médico brasileño tildó de “irresponsable” la propuesta y cuestionó “la calidad técnica y ética” de los profesionales de la isla.

La presión de los galenos brasileños dio marcha atrás a la oferta. Y el gobierno de Dilma Rousseff decidió entonces contratar médicos españoles y portugueses, por considerarlos más calificados.

La medicina en Cuba no goza de buena salud. Esta situación, hasta el momento, no ha incidido en las favorables estadísticas. El promedio de vida es de 78 años. Y en 2012 la tasa de mortalidad infantil fue de 4,6 por cada mil nacidos vivos, la más baja de las Américas.

Pero muchos hospitales están derruidos, el equipamiento deficiente y el personal mediocre. La política de exportar médicos en serie provoca malestar entre los cubanos. Oneida, ama de casa, dice que los especialistas de nivel escasean. “En el policlínico donde me atiendo, la consulta de dermatología se ha reducido a una vez a la semana, por falta de dermatólogos. Ningún hospital habanero tiene cuerpo de guardia de dermatología. Los que atienden son estudiantes extranjeros, pero su calidad deja que desear. La mayoría de médicos reconocidos están en ‘misiones’ (trabajando en el exterior)”.

Según el Consejo Médico brasileño, el 94% de los galenos cubanos y bolivianos graduados en Cuba que en 2012 se sometieron a pruebas de validación de sus títulos para ejercer la medicina en Brasil, suspendieron los exámenes.

Más de  5 mil médicos cubanos han desertado de las misiones internacionalistas. Debido al escaso  rigor de muchos profesionales de la salud en Cuba, algunos doctores y especialistas que deciden abandonar su patria optan por trabajar de asistentes o enfermeros en Estados Unidos.

“Revalidar el título en Estados Unidos es una ardua tarea. Son muy rigurosos. Cuando uno vive allí se da cuenta que nuestra formación médica presenta demasiadas lagunas. A mí no me va mal. Mientras aprendo el inglés, trabajo en una clínica privada de enfermero. Pagan bien”, confiesa Eduardo, residente en Miami hace dos años.

Fernando, el médico que hace 25 años estuvo en Angola, reconoce que la calidad ahora no es la mejor. “Los motivos varían. Desde no tener  acceso inmediato a las informaciones especializadas, a pesar de la red nacional Infomed, hasta los bajos salarios y falta de tecnología. Pero no creo que en el mundo abunden los doctores dispuestos a trabajar dos años en sitios remotos por una paga miserable”.

En 2012, 68 médicos cubanos murieron en Venezuela. El gobierno chavista los homenajeó desvelando una placa en su honor. “A los colaboradores de la salud fallecidos en tierras bolivarianas durante el cumplimiento de su deber”, dice el bronce incrustado en un hospital de Caracas, como si hubiesen caído en combate. La mayoría de ellos fueron asesinados por la violencia callejera, que solo el año pasado había matado a más 12 mil personas en ese país.

¿Por qué entonces se van?, le pregunté a Fernando. “Es la única forma de obtener divisas, practicando abortos, involucrándote en negocios de pacotillas o ahorrando el poco dinero que te pagan y cuando regreses, poder arreglar tu casa y mejorar tu existencia y la de tu familia”.

Algunos médicos consultados dijeron que la necesidad económica y no el altruismo, los lleva a trabajar en lugares recónditos y peligrosos. Incluso, a riesgo de perder sus vidas.

Iván García

Foto: Médicos cubanos muestras sus diplomas en La Habana. Tomada de Martí Noticias.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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