Home / La Carpeta de Iván / ¡Y llegaron los quince!

¡Y llegaron los quince!

La tarde anterior, Yusaimi estuvo cuatro horas en el estudio de un fotógrafo profesional. Rodeada de potentes lámparas, sombrillas, un espejo de fondo, todo el tiempo tuvo que estar cambiándose de ropa y posando como si fuese una modelo internacional.

Terminó extenuada. Apenas llegó a la casa, de prisa comió algo ligero y de nuevo a posar. Esta vez para un video junto a sus padres, el novio y sus amigas. Cerca de las 12 de la noche, antes de caer muerta en la cama, con sus progenitores revisó detalles de los preparativos de la fiesta. El día siguiente fue peor.

A partir de las 9 de la mañana, su hogar comenzó a ser invadido por familiares, amigos, una maquillista y una peluquera de renombre. Se sentía ajena, pero contenta. Algunos parientes de Miami habían viajado a La Habana para celebrar los quince de Yusaimi.

Buena plata ha costado. Desde que la niña cumplió 5 años, sus padres comenzaron  ahorrar. Ya para el día D la alcancía estaba repleta: cerca de 1,100 pesos convertibles. No era suficiente dinero, pero alcanzaba para arrancar con los preparativos.

Si usted les pregunta sobre el costo de la fiesta, incluidas las sesiones de fotos, las mudas de ropa y la bien montada coreografía de presentación, responderán con una sonrisa. “Mejor no hablar de eso. Es nuestra única hija y cualquier dinero es poco. Ella se lo merece por su esfuerzo en los estudios. Y porque quince años se cumplen solo una vez en la vida, qué carajo”, expresa el padre emocionado, mientras sostiene en su mano un trago de ron Santiago.

Los quince de Yusaimi fueron un acontecimiento en el barrio. Tiraron la casa por la ventana. Alquilaron un local en un hotel cinco estrellas, con un presentador conocido de la televisión. Hicieron decenas de fotos y videos. El maquillaje y la peluquería fue realizado por expertos. El buffet y el cake, de lujo. Y era tal la cantidad de bebidas alcohólicas que casi todos salieron de la fiesta haciendo eses.

Y de guinda, la familia de Miami pagó un todo incluido en Varadero,  5 días y 4 noches para la muchacha, el novio y sus padres. Cuando pasen los años, con su esposo y sus hijos sentados en un sofá de vinil, Yusaimi podrá repasar las fotos y videos de ese día memorable.

Pero aún está lejana la fecha en que esta quinceañera tenga que lidiar con las penurias diarias ofertadas por el socialismo inconcluso y extravagante diseñado por los Castro. Es probable que para entonces  muchas cosas hayan cambiado.

Lo que parece indudable, vivamos gobernados por autócratas o sus descendientes, bajo la bota de corporaciones militares, en un capitalismo corporativo estatal, o en una sociedad libre con elecciones cada 6 años y tantos partidos políticos como cartas tiene un juego de naipes, es que las fiestas de quince seguirán existiendo en Cuba.

Aunque parezca cursi, alocada y altamente derrochadora de dinero, esa costumbre se mantendrá en la sociedad cubana.

Las tradiciones son las tradiciones. En la ciudad española de Pamplona, los 13 de julio, Día de San Fermín, la gente se tira a la calle para correr delante de los toros, casi un suicidio autorizado. En otros países, cuando los jóvenes cumplen quince años, sus allegados lanzan desde lo alto de un campanario una cabra dentro de un saco.

En Estados Unidos, el propio presidente libera un pavo el Día de Acción de Gracias. Y en Halloween, los niños se disfrazan y tocan a las puertas de sus vecinos pidiendo dulces y caramelos.

En parajes perdidos de Australia, una vez al año el festín es lanzar enanos, cuanto más lejos mejor. Y en regiones de África y el Medio Oriente, un  hombre puede tener hasta 6 esposas.

Las tradiciones son un sello de identidad. Y las fiestas de quince se han convertido en un rito cubano. Nos gusten o no.

Iván García

Foto: Pintura de Arsenio Cícero publicada en la web Myths of Latin America.

Leer también: Girls’15 Year Birthday Celebration, en inglés, de Heidi Härkönen, antopologista de la Universidad de Finlandia.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

Un comentario

  1. maria Benjumea

    Hola Iván,
    muy interesante lo de la fiesta. Recuerdo que yo mandaba dinero para que comieran a la mujer de un preso desde España y cuando llegaron aqui me enseñaron la fiesta de la nieta en 300 fotos, por lo menos, el año anterior. Me quedé helada.
    El 7 de julio es San Fermín, y los «suicidios» suelen ocurrir entre los forasteros (muchos americanos) que se lanzan borrachos sin conocer la técnica de cómo se corre ni haber visto un toro en su vida.
    Tirar la cabra del campanario se prohibió hace al menos 20 años.
    Un saludo cordial.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

x

Check Also

Cuba, desempaquetando el Paquete

Cuba, desempaquetando el Paquete

Al ex ministro de cultura, Abel Enrique Prieto Jiménez, nacido en 1950 en la provincia de Pinar del Río, a poco más de 175 kilómetros al oeste de La Habana, le gusta presentarse como un destacado intelectual cubano. Mide más de seis pies, su barba desatendida ya está canosa, ysuele vestir jeans empercudidos. Aunque ha escrito un par de relatos soporíferos, Los bitongos y los guapos (1980) y Noche de sábado (1989), además de la novela Vuelo del gato, publicada en 1999, su aporte a la literatura nacional es nulo.