Así será y en Bruselas, la jefa de la diplomacia de Europa, Federica Mogherini y el canciller cubano Bruno Rodríguez, suscribirán un proyecto que le servirá a la dictadura para fomentar las energías renovables por valor de 18 millones de euros, es decir, 21,5 millones de dólares y, un poco después, firmarán otro documento que apoyará la seguridad alimentaria que implica la entrega de 19 millones de euros, 23, 5 millones de dólares.
Si se analiza el panorama con cierta picardía y algún prejuicio puede verse la gestión de los amigos de Europa como una pretensión de querer comprar la voluntad de cambios del castrismo, de darle cantidades de dinero para que ellos, a la larga, cuando lo decidan, de manera espontánea y graciosa, respondan con ciertas medidas favorables al respeto a los derechos humanos y a las libertades que están, hoy por hoy, muertas en Cuba.
Uno de los eurodiputados, un español, Ramón Jáuregui, presidente de la Asamblea Euro Latinoamericana, dijo que según este acuerdo la UE puede ser un socio leal de La Habana y que con la apertura y la colaboración el país posiblemente elabore un proceso de mejoras y trasformaciones. También, desde luego, aclaró que Europa aportó el dinero “pero eso (los cambios) los tienen que hacer ellos.”
No se puede olvidar la importancia que tiene para el régimen su relación con los 28 países de la UE porque ellos son el principal inversor extranjero en la Isla. En 2017 las importaciones de bienes cubanos fue de 471 millones de euros y las exportaciones europeas la isla llegó a 2 mil 094 millones.
El aspecto más inquietante y siniestro de estos acuerdos y de otros tres que se firmarán, es que se han producido sin la participación de ninguno de los diversos grupos y líderes de la oposición pacífica cubana y mucho menos con personalidades o instituciones del exilio. Los delegados europeos, las comitivas que han viajado intensamente a Cuba en los últimos tiempos para dejar listos estos convenios han ignorado una y otra vez a quienes reciben las golpizas, van a la cárcel y tienen sobre su cabeza las pistolas cargadas de la policía política.
Europa tiene la tibia esperanza de que, con dinero, el castrismo baje su nivel de represión y los cubanos en Cuba, los de a pie y de bicicleta china saben que, con más recursos, el régimen elevará su rango de acoso y persecución porque ésa es su esencia y ésa es la base de su poder.
Raúl Rivero
Blog de la Fundación Nacional Cubano-Americana
Foto: Miguel Díaz-Canel y Federica Mogherini.