Me fue más fácil encontrar en internet una foto de manzanas, para poner en el post de Iván, que una de frutas más o menos consumidas en Cuba. En The Hungry Cuban encontré la que encabeza este trabajo.
En realidad, mi intención era poner un video del Trío Matamoros cantando aquella canción que en la década de 1940 inmortalizara a las frutas cubanas. Eso fue antes de que los barbudos llegaran al poder y, entre otras muchas cosas, acabaron también con las frutas. Pero en You Tube, por distintos motivos, ningún video me gustó.
En Frutas del Caney se puede escuchar la versión original, pero las imágenes, grabadas en algún puesto de una provincia oriental, muestran más plátanos, que las frutas mencionadas en la canción. Además, el audio está cortado al final.
La interpretación del Dúo Los Compadres, con otro ritmo, es buena, no así la graficación. También me gustó la versión que hizo Pablo Milanés con dos leyendas de la vieja trova cubana, Luis Peña y Octavio Sánchez, pero no le pusieron ni una sola imagen relacionada con la letra.
Lo contrario ocurre en este video de Los Guaracheros de Oriente. Casi todas las fotos insertadas son de vendedores de frutas en otros países. Ya quisieran por un día los cubanos poder comprar tal variedad de frutas!
En You Tube se localizan otras versiones de Frutas del Caney, pero he preferido escoger esta grabación, hecha por un cubano que desde su auto, cámara en mano, quiso comprobar si en El Caney, hoy un municipio de la provincia de Santiago de Cuba, todavía vendían esas sabrosas frutas que inspiraron al autor de la canción, el periodista, escritor y compositor cubano Félix B. Caignet (1892-1976).
A la versión en salsa le han puesto El frutero. Se puede escuchar por Dimensión Latina, pero he preferido ésta de Oscar D’León.
A propósito, en 2010 en mi blog publiqué dos trabajos sobre el tema: El marañón, una fruta perdida y El anón y los chinos.
Tania Quintero