Desde La Habana

Un Papa americano

papa francisco

Es algo inédito. Por primera vez, en más de 2 mil años de existencia del catolicismo, tendremos un Papa del continente americano. En La Habana, la noticia no pasó inadvertida. Aunque tampoco los fieles se congregaron eufóricos a las puertas de la Catedral, situada en el casco histórico de la ciudad.

Para Ricardo, 43 años, abogado, católico moderado, sus prioridades son de otra índole. Dentro de 72 horas será un nuevo emigrante cubano. Otro más. Hace días, puso un cartel escrito a mano en el balcón de su apartamento, anunciando la venta de sus muebles, un televisor de plasma de 32 pulgada y un portátil Sony Lesovo. Con el dinero espera comprar un boleto aéreo con destino a Costa Rica.

Sorprendido por la noticia, Ricardo considera que los retos del nuevo Sumo Pontífice van más allá de la fe católica. “Benedicto XVI dejó un reguero de problemas pendientes. Desde el tema de la corrupción en el seno del Vaticano, hasta el doloroso asunto de la pederastia. Me alegro que por primera vez tengamos un Papa sudamericano y jesuita”.

A falta de internet y televisión por cable, Ana Luisa, 37 años, maestra de primaria, supo que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio era el nuevo Papa mientras veía el noticiero de televisión, pasada las ocho de la noche.

“Voy con frecuencia a misa. Y estuve en las ceremonias que ofrecieron en la Plaza de la Revolución Juan Pablo II, en enero de 1998, y Benedicto XVI el año pasado. Espero que el Papa Francisco también visite Cuba. El desempeño del Cardenal Jaime Ortega en ocasiones es criticado. Quienes lo acusan de no implicarse a fondo en temas políticos, puede que tengan sus razones, pero los sacerdotes están para transmitir mensajes de fe y no para hacer política”, apunta Ana.

Frente a la Iglesia de Paula, en el reparto habanero del Sevillano, un sacerdote le dio datos biográficos del recién electo Santo Padre a dos amas de casa del barrio. Una de ellas comentó la coincidencia de que Bergoglio nació un 17 de diciembre, fecha cargada de simbolismo religioso en Cuba.

En la víspera del 17 de diciembre, miles de devotos católicos, santeros, paleros, animistas o pagadores de promesas, suelen caminar un kilómetro o más por una calzada angosta y oscura y, a medianoche, se congregan en El Rincón, donde se venera a San Lázaro.

Es una peregrinación masiva donde la gente acude por su propia voluntad. Desde que los hermanos Castro detentan el poder, hace 54 años, nunca los medios oficiales han publicado una línea o convocan a que las personas concurran a venerar al Viejo Lázaro, el santo de los mendigos en Cuba.

En un sector de la disidencia, el nombramiento de un Papa argentino fue recibido con reservas. Rolando, activista de derechos humanos, recuerda el desplante del de Benedicto XVI en marzo de 2012 cuando no se reunió con ningún disidente o figura de las Damas de Blanco.

Las relaciones de la oposición con la iglesia nacional no viven su mejor momento. Pero no se puede soslayar que el Cardenal Ortega, a pedido del régimen verde olivo y junto al canciller español Miguel Ángel Moratinos, jugaron un papel decisivo en la liberación de casi un centenar de presos políticos, en 2010.

A pesar de que la mayoría se vio obligada a marcharse a España, los familiares y disidentes excarcelados evalúan con notas altas el papel de iglesia. Una iglesia que, a vuelo de pájaro, se nota más cómoda dialogando con el gobierno que con la oposición.

Cuba está muy lejos de ser una sociedad con alto índice de catolicismo. Pero en los últimos 25 años, el número de asistentes a las misas se ha multiplicado. Hay otra realidad. El sincretismo religioso es proverbial. Los cultores de las religiones afrocubanas no están en sintonía con políticas que consideran discriminatorias por parte del Vaticano.

“Ninguno de los dos Papa que han visitado la isla se ha querido reunir con practicantes de religiones afrocubanas. En un país donde el número de personas que practican la santería u otras vertientes de religiones autóctonas es significativa, considero contraproducente por parte de la iglesia no entablar un diálogo”, señala un babalao habanero.

De cualquier manera, casi todos los consultados aprueban el nombramiento de Bergoglio. “América, y en particular Latinoamérica, es la región del mundo con mayor número de católicos, casi 480 millones. Es una buena señal que el Cónclave romano nos haya tenido en cuenta”, dice Gloria, católica practicante.

El argentino Bergoglio tendrá que hacer gala de su habilidad diplomática, paciencia y sabiduría en un continente que hoy es un ajiaco político. Es de suponer, que los Castro intentarán tener de su lado a un Papa nacido en Buenos Aires. Y tratarán de que pase por alto la falta de democracia y libertades en el país.

Los cristianos que hacen una sola comida al día y desayunan café sin leche, desean que el nuevo Papa sea la voz de los desposeídos. “No por gusto eligió el nombre de Francisco en alusión a Francisco de Así, el santo de los pobres”, explica Ignacio, jubilado que a pesar de la mala alimentación y penurias materiales, nunca se ha apartado del Señor.

Son tiempos difíciles. Ser el abogado del diablo intentando excomulgar los vicios y la corrupción en la Santa Sede será una misión compleja. Al representante de Dios en la tierra, la gente de todo el mundo le pide que se involucre en los problemas e intente resolverlos. Católicos o no, los cubanos, piensan que el Papa americano pueda cumplir sus expectativas.

“Ni el Papa ni la iglesia, tienen por qué cubrir el vacío que ha dejado el desastre económico creado por Fidel Castro, ahora agravado por la muerte de Chávez y el signo de interrogación que se abre sobre nuestro futuro. Ésa no es su función. Pero si pudieran lograr un diálogo entre cubanos de diferentes ideas y tendencias, contribuirían a sentar un precedente histórico”, expresa Ricardo, el abogado que dentro de 72 horas estará volando rumbo a San José.

Quizás el listón esté demasiado alto para Francisco. Y es que todos nos creemos con derecho a pedirle al Papa algo más que misas y oraciones.

Iván García

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