“Tú eres más visible”. La frase encierra el argumento de por qué los agentes de la Seguridad de Estado cubana, escogidos para entrevistar el miércoles 5 de abril al periodista Iván García Quintero, eran dos jóvenes de buenos modales, hablar pausado y con suficiente información como para entablar un diálogo con este reportero que de forma independiente tributa desde La Habana para varios medios en el exterior sobre la realidad de la Isla.
“Me dejaron hablar, escucharon mis opiniones, incluso pude decirles que escribir la verdad forma parte del periodismo libre, pues se refirieron al contenido crítico de mis textos. También preguntaron si los medios para los que reporto me indican qué debo escribir”, comentó el periodista sobre la cita con los dos oficiales encargados del interrogatorio para el que fue citado en una unidad de policía del municipio 10 de Octubre.
El pretexto, según le dijeron los agentes, fue el aviso que hizo público el reportero en un artículo donde denunció el acoso a personas que el régimen identificó como sus fuentes de información y en el que García los conminaba a tener una conversación personal, para que le preguntaran lo que quisieran saber acerca de su trabajo.
Pero el trato dado a Iván en esta “conversación”, efectuada en un unidad policial, que es el lugar donde son conducidas las personas que delinquen, puede tener varias lecturas.
La primera, no perder de vista que si bien el promedio de los cubanos no tiene acceso a la información, quienes sostienen los mecanismos de control en el país, dominan con pelos y señales todo cuanto se publica sobre Cuba en cualquier medio y de cualquier tendencia. De no ser así, el acceso a la página en internet de Diario Las Américas no estaría siendo bloqueado sistemáticamente como también sucede con Diario de Cuba, Martí Noticias, Cubanet y otros portales que dan espacio al periodismo sin censura.
La segunda, que para García está claro que la entrevista sostenida con los dos oficiales de la seguridad cubana, no fue un diálogo entre amigos y que, a diferencia del trato ofrecido a él durante este interrogatorio, “otros colegas que han decidido romper con el oficialismo y que son menos conocidos o viven fuera de la capital, permanecen acosados” y en ocasiones son arrestados o despojados de sus equipos de trabajo
Ser “más visible” significó para Iván García poder sostener un intercambio de opiniones de manera civilizada con dos agentes del régimen. Sin embargo, no lo libera de la etiqueta de enemigo ideológico que le cuelgan a quienes saltan la barrera del discurso oficial en Cuba, y eso él lo tiene bien claro.
Iliana Lavastida
Diario Las Américas, 5 de abril de 2017.
Foto: De la visita que en 2016 Iván García hiciera a la redacción de Diario Las Américas.