Llueve a chorros en La Habana y el instituto de meteorología anuncia un frente frío moderado en la región occidental de la Isla. Como cualquier fin de semana, después del almuerzo, la gente se agrupa frente a la tele para ver un partido de la liga española de fútbol, un filme hollywoodense pirateado por el Estado cubano o un soporífero culebrón mexicano que oferta el semiclandestino compendio audiovisual el Paquete.
El domingo, un día por lo general aburrido, muchos habaneros duermen la mañana o matan el aburrimiento bebiendo ron de tercera categoría. Pero Sheila no puede darse ese ‘lujo’. Mira al cielo encapotado y maldice su mala suerte.
“Tenía una cita en la tarde con un cliente chino que me invitó a cenar y luego tomarnos una copa. El tipo tiene pinta de maceta (tener dinero). El mal tiempo me quiere joder el negocio”, comenta Sheila, jinetera, mientras observa su reloj.
¿Cómo es el diálogo con un chino?. “En inglés, desde luego, chapurreando algo de italiano y seis o siete frases del mandarín que aprendí por internet. Al final, decir cien dólares por una noche o te amo, no es muy complicado en ningún idioma”, señala risueña.
Como Sheila, miles de prostitutas cubanas, aprenden idiomas extranjeros de manera elemental. En particular el inglés, que en los últimos diez años ha tenido un crecimiento espectacular en Cuba.
Las escuelas de inglés, privadas o estatales, se multiplican en La Habana. Solo en el municipio Diez de Octubre, uno de los más poblados de la Isla, existen alrededor de 60 escuelas de inglés.
Hay inglés a la carta. Para todos los gustos. Desde clases en instituciones del Estado que cobran veinte pesos por la inscripción hasta colegios privados, climatizados, con novísimos métodos de enseñanza para niños, jóvenes y adultos.
En algunos de ellos, como Britannia o América, se aprende a hablar la lengua de Shakespeare en la versión británica o estadounidense. “Incluso giros frecuentes utilizados en Nueva York o el spaninglish que se habla en Miami”, apunta Diana, profesora del América.
La matrícula en las mejoras escuelas particulares cuesta de 20 a 30 cuc, equivalente al salario mensual de un profesional. Y cada se paga una cuota entre diez y dieciocho c.u.c.
Cada vez más, niños en edades comprendidas entre 5 y 12 años, suelen ser inscriptos por sus progenitores. “Dominar el inglés es imprescindible en el futuro que se nos viene encima. En mi caso, nuestra familia piensa emigrar. Y si mis hijos hablan inglés ya tienen el camino allanado”, dice Carlos, padre de dos hijos que estudian inglés.
También se ofrecen cursos de inglés técnico o clases intensivas, personalizadas. Betty, 32 años, está esperando un permiso para trabajar en Canadá. «Dos veces a la semana recibo clases intensivas, el maestro me las imparte de manera personal y me están siendo muy útiles. Yo pago 35 cuc al mes, pero si va a tu casa, cobra un poco más caro». que son muy útiles . por
La fauna marginal habanera, por supuesto, no se quiere quedar atrás. Con el aumento de visitantes y turistas, especialmente a la capital, poco más de 4 millones en 2016, se abre una oportunidad a jineteras, guías informales y vendedores legales o clandestinos de artesanías, obras de arte y tabacos.
Hasta los que venden cocaína, marihuana o sicotrópicos dominan un inglés básico, “de guan, tu, tri, un poco de italiano o francés, pero si no hablas ninguna lengua extranjera, eres out por regla en el negocio”, opina un moreno con pinta de corredor de fondo que expende melca en la zona antigua de la ciudad.
Llamémosle Josuan, un joven macizo y no muy alto que se considera un comodín perfecto. “Yo voy a toda. Igual vendo tabacos, que hago de guía y si una yuma se me encarna, me voy a la cama con ella. El problema socio es buscarse un baro (dinero). Y si tienes cabeza y le caes bien a los turistas se consigue. Pero hay que saber entablar una conversación en inglés u otro idioma. Eso crea empatía con el cliente”.
El aprendizaje del idioma inglés está de moda en Cuba. La junta militar que gobierna la Isla ha reconocido que es una prioridad del Estado. En un artículo sobre cambios en la educación superior cubana, publicado en Progreso Semanal, la periodista Nery Ferreira escribe: «Una de las medidas más inquietantes para muchos es el requisito de demostrar el dominio del idioma inglés, como ‘usuario independiente’ antes de graduarse de la universidad.
Y menciona lo que en su momento expresó Rodolfo Alarcón, ministro de Educación Superior destituido en julio de 2016, que había que «resolver el problema de que el profesional cubano no es capaz de expresarse en el idioma universal de nuestros tiempos».
En su artículo, Ferreira incluyó dos comentarios dejados en el sitio oficial Cubadebate. «Comenzar con el idioma inglés desde la primaria y resolver el déficit de maestros de esa asignatura y entonces el dominio de una segunda lengua viene solo», opinaba un lector. Mientras otro aducía: «Por qué piden lo que no se ha enseñado durante todos estos años. Ahora queremos exigir sin tener base, o peor, que los padres corran a pagar repasadores privados, con lo caro que cobran»
El inglés es bien recibido en Cuba sobre todo ahora que el régimen suspira con hacer negocios con los yanquis. No importa si el interlocutor es un cavernícola al estilo de Donald Trump. “Bisnes son bisnes, asere. Da igual quien sea la persona. Si tiene billete, que baile el perro”, subraya René, vendedor ilegal de puros cubanos.
Y es que en la Cuba del siglo XXI se va desdibujando la ideología. Del Socialismo o Muerte del difunto Fidel Castro al Welcome Yankees como consigna nacional.
Nadie quiere quedarse atrás. Ni las empresas estatales, privadas o el bajo mundo. Everyone wants to speak English!
Iván García
Hispanopost, 2 de febrero de 2017.
Foto: Tomada de 14ymedio.
Está claro que Raúl Castro es otro dictador y que se le queda muy pero que muy atrás a lo que es un buen presidente, pero en el área de los dictadores y déspotas, por lo menos Raúl hasta ahora ha hecho que Cuba progrese un poco. Sí, un progreso raquítico e insoportablemente lento, pero progreso al fin y al cabo; a diferencia de su hermano mayor el difunto Fidel que parecía pasarse los días conspirando los métodos para sumergir aún más al pueblo cubano en la miseria.