¿En qué se parece la autocracia de los hermanos Castro, el solemne Vaticano, los fanáticos seguidores del Islam y el manicomio de Corea del Norte? La respuesta es simple: en los dogmas, la escasa transparencia y el poder ilimitado de una casta. En teoría, el comunismo es una música agradable al oído de un obrero que trabaja ocho horas y su salario nunca llega a fin de mes. Visualice el panorama: no hay clases, tampoco se necesita dinero ni presupuestos para mantener a un ejército. Es un aparente vergel de armonía. Pero en la práctica nunca va funcionar. Por una ...
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