Pasada las once de la noche, en la intersección de la Avenida Acosta y Calzada 10 de Octubre, un camión policial detenía al bulto a todas aquellas personas que cargaban mochilas o bolsos de mano. Dentro del vehículo se encontraban detenidos y esposados siete jóvenes negros, quienes con la mirada perdida indagaban el motivo de su detención. El teniente Delfín Carneado no supo dar una respuesta certera. “Cállense”, fue lo que atinó a decir. Un mulato enclenque con un afro y varios pulsos verdes y amarillos en su muñeca izquierda, deseaba saber si la causa de ser sospechoso de algún ...
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