Si a usted le dijeran que recibirá un salario de 350 pesos, el equivalente a 15 dólares, por ser custodio nocturno en una desvencijada escuela, en un país donde no existe el crédito y debe pagar en moneda dura -la que no paga el Estado- para comprar carne de res, pescado o leche en polvo y un electrodoméstico representa el equivalente a seis salarios mensuales, probablemente pensará que su interlocutor es un mentiroso compulsivo, un charlatán de ocasión o simplemente indagará cómo llegan a fin de mes esas atribuladas personas. Ese país existe. Se llama Cuba. Una nación que, para ...
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