No son tan ostentosos como los nuevos ricos rusos que compran compulsivamente y vacían los anaqueles en Marbella. Tampoco su tren de vida y gastos tiene que ver con un millonario de Qatar, que por puro placer compra un arruinado club de fútbol europeo. Los nuevos ricos cubanos tienen otra pinta y comportamiento. «Hay varias castas. Están los privilegiados de toda la vida: ministros, gerentes de empresas boyantes o generales que han cambiado el uniforme verde olivo por una impoluta guayabera blanca. Ellos pueden comer mariscos y tomar vino tinto español», dice un ex funcionario. En su opinión, es una ...
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