Lo único seguro, comprobado y fehaciente de la anunciada visita del presidente español Pedro Sánchez a Cuba es que, el viajero ibérico –el primero que volaría de Madrid a La Habana desde el periplo de Felipe González en 1986- no se reunirá con ningún representante de la oposición pacífica. No se atreverá siquiera a hacerles una rápida llamada telefónica, ni le hará a nadie que esté contra el gobierno comunista un discreto saludo desde lejos, discretamente arrellanado en el asiento de piel de su Mercedes Benz. Según Sánchez y su anfitrión Miguel Díaz Canel, que lo convidó durante un encuentro ...
Leer más »