A veces los eventos políticos masivos, los llorones que sufren la muerte de un ‘venerado líder’ o enarbolan consignas como ventrílocuos, resultan un juego de espejo. Una trampa engañosa. El 7 de abril de 1957, un mes después del asalto al Palacio Presidencial por el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, amigos del dictador Fulgencio Batista le organizaron un acto de desagravio en la explanada frente al Palacio. Fue un día lluvioso, cuenta la prensa de la época, y se dice que participaron 250 mil ciudadanos, una gran cantidad si tenemos en cuenta que según el Censo de 1953, La Habana ...
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