Es verdad que cada Gobierno tiene su tiempo y su ritmo. Lo que pasa es que en las dictaduras totalitarias se ordena todos los días el atraso general de los relojes (incluidos los de los campanarios), y la cadencia que marca el paso de la vida, por mucho que se disfracen los músicos y se cambien los instrumentos, tiene siempre el susurro de las marchas fúnebres. Con esa atmósfera de manecillas forzadas por decreto y un fondo musical lúgubre y lento, ha comenzado el mes de julio en Cuba. Allí, se anuncian cambios, van y vienen gestiones diplomáticas, se habla de ...
Leer más »