Mientras el grupo de jóvenes de un preuniversitario en La Víbora, al sur de La Habana, realizaban la clase de educación física en una pista de tierra contigua a la escuela, Andrés, 40 años, con una caja de cartón encima de sus piernas se masturbaba frenéticamente sentado en el piso de cemento de la cancha de baloncesto. Sus allegados lo llaman ‘Andriaco la manta’. Suele masturbarse en los cines y campos deportivos, utilizando un envase de cartón grande a la que le abre una abertura en la parte frontal para introducir su mano y no llamar la atención. Andrés no ...
Leer más »