Enrique Núñez, dueño de La Guarida, el restaurante privado más famoso de Cuba, no podía imaginar cuando se graduó de ingeniero en telecomunicaciones que el éxito y el dinero le llegarían administrando fogones. Su paladar, ubicada en el barrio pobre y mayoritariamente negro de San Leopoldo, en el corazón de La Habana, está rodeada de solares, calles agujeradas y tipos que siempre están vendiendo algo. Justo a la entrada de La Guarida, un grupo de personas juegan una ruidosa partida de dominó y en sus balcones cuelgan sábanas blancas. Allí han cenado desde Doña Sofía, cuando era reina de España ...
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