Lydia Roca Antúnez, mi prima más cercana, acaba de fallecer en La Habana. No quiso que la velaran ni gastaran dinero en flores. Que lo antes posible la incineraran. Todo acorde a la austeridad heredada de su padre, Blas Roca Calderío, y de su madre, Dulce Antúnez Aragón, ya fallecidos. Pese a haber sido una de las figuras históricas del comunismo cubano, Blas y su familia, oriundos de Manzanillo, en el oriente de la isla, eran personas humildes y sencillas. Como también lo eran y siguen siendo los Antúnez, un clan familiar que en mis tías Dulce y María tuvo ...
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