Ahora mismo, es más fácil llegar a Miami que a Santiago de Cuba. Para visitar la segunda ciudad más grande de la Isla, existen dos vuelos diarios que rara vez son puntuales, se debe viajar en tren alrededor de veinte horas o comprar un boleto para viajar en ómnibus, toda una aventura donde se mezcla sátira, drama y, por supuesto, ofrecer billetes de cinco o diez pesos convertibles por debajo de la mesa. Si alguien conoce de penurias son los cubanos que viven en las regiones orientales. Al residir lejos de las costas de la Florida, sedes diplomáticas y focos ...
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