El lugar donde Anselmo y Yolanda preparan sus alimentos tiene las paredes agrietadas y el hollín cubre toda la estancia. Allí no ha llegado la modernidad. Cocinan con queroseno, madera o carbón vegetal. Fijados a la pared, dos cazuelas de medianas proporciones tiznadas por el uso excesivo del fuego y empercudidas por la falta de detergente. Las cucarachas, de fiesta. Ahora mismo están en la sobra de comida del anterior. Cuando Anselmo, 73 años, las ve, sin las espanta con la mano. “¿Tú sabes que las cucarachas son los únicos seres vivos que sobrevivirían a una guerra nuclear?”, dice por ...
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