Cuenta un matarife de reses que cuando salen a ‘trabajar,’ viajan en un jeep hasta una granja ganadera en las afueras de La Habana. “Robar vacas no es jamón. Si te pilla la policía te pueden caer entre ocho y veinte años de cárcel. Sin contar que ya casi todos los guajiros poseen armas de fuego. A pesar de los riesgos, el sacrificio ilegal de ganado aumenta por año. Gracias a nosotros, muchos cubanos pueden comer carne de res”. Al igual que una gran cantidad de cubanos, el matarife está descontento con el gobierno. Cree que han administrado mal el ...
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