Cuando un gobierno tiene las finanzas en números rojos todo es prisa. Las recetas ya se saben. Se suele recurrir a la tijera impositiva y efectuar recortes de carnicero al abultado gasto público. Pero si lo que se persigue es cazar dólares estadounidenses, euros o cualquier divisa fuerte, entonces las reformas pasan por seducir a probables inversores extranjeros o exiliados cubanos forrados de billetes, da igual. Las urgencias apremian. Venezuela, la teta que nos cede el petróleo, es una pira de violencia criminal, política y un caos económico. China es un socio ideológico, un banquero que presta dinero si obtiene ...
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