El antiguo central azucarero Hershey, situado en Santa Cruz del Norte, a unos 35 kilómetros de La Habana, ahora mismo es un pueblo fantasma. Después de la lluvia vespertina, en la calle aún mojada, varios muchachos juegan fútbol con un balón desinflado. En una esquina, dos tipos beben aguardiente barato. Una mulata vocea que vende tamales calientes a dos por cincuenta pesos.
Leer más »