Ir de compras, o simplemente husmear por las grandes tiendas de La Habana es un hobby muchos capitalinos. Pero solo un grupo reducido puede comprar sin mirar los precios de escándalo de las mercaderías, gravados con impuestos estatales entre 240 y 300%. La mayoría adquiere lo justo. Un litro de aceite, dos jabones de baño, una caja de puré tomate o una bolsa de 250 gramos de detergente. Otros recorren las tiendas para ver detrás de las vidrieras con modelos de marcas y grandes pantallas de televisores que jamás podrán comprar. Desde que en 2006 el General Raúl Castro tomara ...
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