Pregúntele a Daniel, 24 años, recién graduado de filosofía, por qué desea marcharse de Cuba y mirándole a los ojos le responderá: «La sensación que tengo, es que no se cuenta con la juventud para dirigir un proceso de reformas a fondo. Me siento que vivo en un país que no es el mío”. Consulté a varios jóvenes, alumnos de secundaria y bachillerato, universitarios, marginales y ex presidarios. Ninguno es disidente. En temas como la recreación, lo costoso de vestirse a la moda, crear una familia o tener una vivienda propia, sus respuestas invariablemente coincidían. Muchos jóvenes se sienten inútiles ...
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