Desde La Habana

Sonia Garro: diez días en una celda de castigo

La Dama de Blanco Sonia Garro Alfonso, acusada de desobediencia por las autoridades carcelarias de la prisión para mujeres del Guatao, fue trasladada a una celda de aislamiento y castigo durante 10 días.

Hasta el pasado 5 de junio, Garro fue incomunicada en una celda del llamado Punto 28, en la antigua prisión de Manto Negro. La Dama de Blanco fue enviada al lugar de castigo por un oficial de la policía política, después de arrancar el cable del televisor de la galera para llamar la atención de las autoridades ante el acoso de dos reclusas.

Según Yamilet Garro, hermana de la prisionera, dos internas amenazaron a Sonia en el área donde se reúnen para ver televisión en presencia de los funcionarios del orden, quienes se rehusaron a intervenir. “Primero la dirección del penal le suspendió una visita, después un oficial de la Seguridad del Estado la envió a la celda de castigo”, añadió.

Sonia Garro contó a su hermana que durante la estancia en el Punto 28, en una celda de dos metros de largo por medio metro de ancho, fue privada de sábanas y aseo personal. La falta de higiene agravó  los forúnculos en la piel que padece.

Sonia dijo que en esa celda de castigo “abundan las ratas, alacranes y mosquitos. Los techos gotean constantemente y el deterioro de la instalación es evidente. Tiene una letrina directa al sótano y, encima, una tubería por donde ponen el agua diez minutos a las 6 de la mañana. En el día dan dos pequeñas raciones de comida y dos vasos de agua potable”.

El Punto 28, ubicado en la antigua prisión de Manto Negro, fue clausurado a principios de año, antes que el gobierno permitiera el acceso de la prensa extranjera a las cárceles, una visita amañanada.

Sonia Garro permanece en prisión desde el arresto junto a su esposo, el 21 de marzo de 2012. Fue instruida de cargo en la causa 9/2012 por «terrorismo». Al igual que su esposo, Ramón A. Muñoz, encarcelado en la prisión Combinado del Este, se encuentra en una situación legal indefinida.

Augusto César San Martín
Cubanet, 10 de junio de 2013

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