Antes que la laca se seque en la carrocería del vetusto Ford de 1954, Jorge Emilio, 66 años, y su ayudante, con una lijadora eléctrica nivelan los parches en la parte trasera del automóvil. Después de cuatro horas de trabajo, Jorge Emilio, abre la pila de agua y con un trozo de jabón se frota los brazos, la cara y el torso.
Que aproveche muy bien sus quince minutos de fama, después será tirada al olvido como ha ocurrido con otros disidentes y opositores, ej. Paula Valiente, y por el color de su piel tendrá que ir a vivir más temprano que tarde de Kendall hacia Homestead, Hialeah o el NW. La historia se repite una vez como tragedia y otra como comedia. Algunas organizaciones del exilio, compuesto de blancos, están ahora en búsqueda de afrodescendientes y de gay dentro de la isla, pues saben que es donde están los fondos para “la sociedad civil” de (USAID).www.quepasamiami.org