En 19 y B, en la barriada del Vedado, se encuentra enclavado un edificio pintado de azul y blanco con ventanas de aluminio y cristal sin grandes pretensiones arquitectónicas. Desde allí se gestiona el tráfico de internet en La Habana.
La noche del jueves 26 de noviembre de 2020, cuando efectivos de la Seguridad del Estado irrumpieron a la fuerza en la vivienda de Luis Manuel Otero, sede del Movimiento San Isidro y donde siete integrantes de la organización en señal de protesta por la detención arbitraria del músico urbano Denis Solís estaban en huelga de hambre, especialistas del MININT sustituyeron a técnicos e ingenieros que trabajan en el centro de gestión en 19 y B y cortaron durante casi una hora la conexión de internet en diferentes zonas de la capital.
El 27 de noviembre, cuando alrededor de cuatrocientos periodistas e intelectuales exigieron reunirse con el ministro de Cultura, además de reprimirlos con gas pimienta, oficiales de comunicaciones del MININT volvieron a cortar la señal de internet para datos móviles.
El pasado 27 de enero, mientras un grupo de jóvenes artistas eran golpeados y linchados verbalmente por funcionarios del Ministerio de Cultura y agentes de la policía política, durante dos horas se interrumpió la señal de internet en zonas habaneras.
Un ingeniero de ETECSA cuenta que el MININT tiene su propia sección de comunicaciones. “Cuando deciden cortar la señal de internet, mandan para su casa al turno que está trabajando ese día. Agentes de la seguridad prácticamente ocupan el centro”.
Esos cortes de internet, explica un ex oficial jubilado de la inteligencia cubana, “forman parte de un meticuloso protocolo para controlar la red de redes en caso de protestas sociales, huelgas laborales o saqueos de mercados por divisas, instituciones estatales y centros turísticos. No es nada nuevo. Estaba entre los planes de contingencia para frenar posibles disturbios. Con ese apagón digital desconecta las redes sociales para que el mundo no se sepa lo que en ese momento está pasando en Cuba. Se sabe que los periodistas independientes y disidentes utilizan de manera proactiva las redes sociales. Divulgan noticias en vivo en diferente sitios considerados ‘contrarrevolucionarios’, y que a pesar de estar bloqueados, con un simple VPN los ciudadanos pueden burlan la censura”.
El ex oficial continúa dando detalles: “Los que dirigen el país no retrasaron por gusto el acceso masivo a internet y a la telefonía móvil. Ya un celular con cámara de video y foto era un problema. Imagínate internet. El gobierno siempre lo ha considerado un Caballo de Troya. Los servicios especiales cubanos saben de su eficacia para pasar información, planificar protestas o hacer proselitismo político. Pero si demoraban el acceso a internet corrían el riesgo de un mayor retraso tecnológico y económico. Además de seguir siendo señalados por las instituciones internacionales”.
“Especialistas de inteligencia en la rama tecnológica han pasado cursos en China y Rusia. Desde 1996, China creó un enorme cortafuegos conocido como la Gran Muralla, para bloquear con eficacia a internet. Comenzaron a aplicarlo en 2003. Y cuando vieron el estado de opinión que generaban sitios como Facebook y Twitter, crearon aplicaciones paralelas. El gobierno cubano cuenta con la tecnología necesaria para bloquear diferentes sitios y conocen por los IP e IMEI quiénes son las personas más activas”.
“Con Rusia hay convenios firmados para protegerse de las ‘amenazas’ de internet. También se han preparado especialistas en hackear móviles, ordenadores y otros aparatos portátiles de disidentes y periodistas, así como sus cuentas en las redes sociales. El MININT tiene un cuerpo especializado en contrarrestar críticas a los funcionarios del gobierno y al modelo social. Además se apoyan en los jóvenes estudiantes de la UCI (Universidad de las Ciencias Informáticas) y otras instituciones para que en determinado momento publiquen comentarios a favor del gobierno”.
Un funcionario municipal del partido comunista, señala que el tema de internet es tomado muy en serio por las autoridades. “El gobierno sabe del alcance y el poder de convocatoria que pueden llegar a tener las redes sociales. Y no se descuida ni un segundo. El presidente Díaz-Canel, fan a las nuevas tecnologías, le da un seguimiento constante al estado de opinión ciudadano en internet. La repercusión de la canción Patria y Vida, el uso de la frase por miles internautas que no son opositores, los encendidos debates que se arman en las redes sociales y las fuertes críticas a la gestión del gobierno y sobre todo a la Tarea de Ordenamiento, no pasa inadvertido en las instancias superiores”, afirma y añade:
“El coronel Alejandro Castro Espín, personalmente dirige una oficina que entre sus funciones está contrarrestar el estado de opinión de lo que ellos llaman ‘la contrarrevolución en internet’. El gobierno ha decretado leyes como la 370, que impone multas de tres mil pesos, para impedir las criticas cuidadanas en las redes sociales y la publicación de fotos y videos durante operativos policiales. En el próximo Congreso del Partido, a efectuarse entre el 16 y 19 de abril, además de analizar el contexto económico y la marcha de la Tarea Ordenamiento, se espera que implementen medidas para restringir el acceso de los ciudadanos a internet”.
La 370 o ley azote, se le ha aplicado a una veintena de personas, la mayoría, activistas, disidentes y periodistas libres. Pero también a cubanos de a pie. Una fuente dijo a Diario Las Américas, que desde el mes de febrero, «se le ha denegado la entrega de datos para navegar por internet a miles de técnicos y especialistas de ETECSA y de otras instituciones del Estado, donde algunos trabajadores tenía asignados determinada cantidad de datos. Por ejemplo a los técnicos y especialistas de ETECSA le otorgaban cuatro gigabytes al mes. El pretexto es que se está reorganizando su uso. Pero la realidad es que las altas instancias están descontentas porque a pesar de que una gran cantidad de personas en el país tienen datos gratis, no suelen utilizarlo para salirle al paso a los críticos del sistema y en defensa de la revolución y sus líderes”.
En Cuba, el uso de internet en las instituciones estatales siempre ha sido controlado o restringido. En las universidades se le otorga a cada estudiante un determinado número de horas. Y se les prohíbe navegar por las redes sociales. La enseñanza primaria, secundaria, tecnológica y preuniversitaria no cuenta con acceso a internet.
“Desde hace años, por parte del gobierno se habla de crear aulas tecnológicas, con internet y las nuevas tecnologías. Se dijo que a cada alumno de primaria se le entregaría una tableta. Pero todo se queda en promesas. La realidad es que excepto las universidades, el resto de la enseñanza en Cuba no tiene acceso a internet, y las computadoras con que contamos son anacrónicas”, opina un profesor de computación en una escuela primaria.
Un empleado de ETECSA cuenta que “a partir de 2006, cuando por motivos de trabajo utilizábamos internet, tuvimos que firmar un código de conducta comprometiéndonos a no entrar en páginas catalogadas de ‘contrarrevolucionarias’. Que podía ser cualquier sitio: la BBC, New York Times o El País de España. También nos prohibían el acceso a correos internacionales y al uso de las redes sociales. Luego, cuando comenzaron a entregarnos teléfonos móviles con una tarifa mensual gratis, no se podía llamar al otros países ni recibir llamadas del exterior”.
Se sabe, que en determinadas circunstancia,s el régimen ha entregado datos gratis a diversos profesionales ‘para que salgan en defensa de la revolución en las redes sociales’. O, según ha denunciado Twitter, funcionarios del régimen crean cuentas falsas y utilizan robots para multiplicar el número de seguidores. De momento, en las redes sociales, son mayoría las voces ciudadanas que critican el sistema político, reclaman cambios democráticos y satirizan a los gobernantes.
Desde hace tres años, las autoridades cubanas han bloqueado numerosos sitios, como Diario de Cuba, CubaNet, 14ymedio, CiberCuba, El Estornudo, Cubaencuentro y Radio Televisión Martí, entre otros. Igualmente han creado aplicaciones paralelas para, llegada la ocasión, sustituir a Facebook y Twitter.
El diario Granma, vocero del régimen, en una reciente edición, señalaba que el “partido ha incluido en su sistema de trabajo el seguimiento y enfrentamiento a la subversión político-ideológica que tiene en internet y las redes sociales un escenario permanente de confrontación con el enemigo”, dejando claro que algo se cuece. Aún se desconocen las medidas qué implementará el régimen durante el VIII Congreso dirigidas a restringir el uso de internet en Cuba. Pero la convocatoria ya está lanzada.
Iván García
Foto: Conectados a internet desde sus celulares en una zona wifi habanera. Tomada de Yahoo Vida y Estilo.
Postdata.- En el programa Juan Juan al Medio del jueves 26 de marzo, el realizador y comentarista Juan Juan Almeida García, entre otros temas, habló sobre el nuevo centro de monitoreo policial creado por el régimen, dedicado a espiar en internet y las redes sociales, las opiniones de disidentes, periodistas independientes, periodistas oficialistas de Cuba y otros países (Venezuela, Nicaragua, México, Colombia, Uruguay, Argentina y España) y de la ciudadanía en general. Radica en la misma casa donde funciona el Centro de Monitoreo de la Radio subordinado al Instituto Cubano de Radio y Televisión, pero ahora es controlado por el Ministerio del Interior, en Calle 49-A No. 3417 entre 34 y 36, Reparto Kohly, Nuevo Vedado, La Habana. Equipado con tecnología china de última generación diseñada para el espionaje electrónico, posee dos camionetas Kia para monitoreos móviles en espacios públicos. A la directora, Midiala Fuentes Águila, le acaban de asignar 7 millones de dólares (en la isla faltan medicinas y ambulancias, pero para vigilar, controlar, espiar y reprimir sí hay dinero). Trabajan las 24 horas, de lunes a domingo y días feriados. En el primer piso, por el día, ocho personas, casi todas mujeres se dedican a la labor de monitoreo y rastreo. Por las noches y fines de semana esa tarea está cargo de dos guardias operativos. En el segundo piso del local se encuentra una oficina secreta donde todos los jueves, la directora se reúne con tres oficiales de la contrainteligencia y a la cual últimamente asiste el todopoderoso ex coronel, hoy general Alejandro Castro Espín, el único hijo varón que tuvieron Raúl Castro y Vilma Espín. En 2013, en la otrora web Martí Noticias, al referirse a Alejandro Castro Espín, Juan Juan decía: «Muchos militares lo detestan, algunos lo critican, y otros se burlan, el resto simplemente lo tolera. Pero todos le obedecen y él lo sabe, porque si bien es cierto que debido a un accidente en Angola perdió la visión de un ojo, también es muy cierto que la agudeza visual del ojo sano es de 20/20» (Tania Quintero).