El pasado 17 de diciembre, en plena faena laboral, Noemí y sus compañeros de trabajo en la empresa de telecomunicaciones, ETECSA, se sorprendieron cuando su jefe leyó de manera apresurada y con un tono que intentaba ser solemne la ‘noticia del día’.
“Compañeros, hoy tras acuerdos con el presidente Obama, tres de los cinco héroes cubanos presos injustamente en cárceles del Imperio vienen camino a la patria. Volvieron, como prometió nuestro invicto Comandante”, expresó sin apenas tomar aire el directivo empresarial.
Luego, al mediodía, todos los empleados se arremolinaron junto a un vetusto televisor chino para escuchar el discurso del General Raúl Castro y conocer sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos tras 54 años de ruptura.
Aunque de la jornada noticiosa, el régimen solo resaltó la llegada de los tres espías presos, las entradas furtivas a internet se dispararon entre los trabajadores de ETECSA para copiar en memoria flash la hoja de ruta de la Casa Blanca sobre el nuevo rumbo de la política exterior estadounidense, que facilitará el empoderamiento de la incipiente sociedad civil y los pequeños negocios.
La autocracia verde olivo recibió con pasmosa frialdad el desmontaje ejecutivo de Obama sobre el embargo y sus nuevas estrategias. Los Castro viven en otra dimensión.
No saben qué hacer con el balón en sus pies. Lo mejor que se le ocurrió a la oficina del partido comunista que controla las noticias, fue desplegar una auténtica novela rosa con los cincos agentes.
Mientras el culebrón sigue funcionando a todo gas en la Isla, Obama se ha tomado en serio su histórica decisión. Y el jueves 15 de enero, Washington anunció un paquete de medidas que a todas luces beneficia a los incipientes negocios privados y la gente de a pie.
Esta vez, Noemí y sus colegas de trabajo tuvieron que buscar por su cuenta la información. “Con el regreso de los espías había un ambiente de fiesta. Ahora no, ni se habló del tema. Tuvimos que navegar por internet de manera furtiva y copiar las noticias, importantes para los cubanos”, señala en un descanso durante su horario de almuerzo.
El noticiero nacional de radio y televisión no informó del suceso. Pasada la una de la tarde, los titulares eran las nuevas denominaciones de billetes cubanos, la preparación de la marcha de las antorchas el próximo 28 de enero y en el plano internacional resaltaban la Conferencia Anual de la ONU sobre el Agua en Zaragoza, España.
A pesar de la pobre repercusión mediática, Osmín, dueño de una dulcería en el barrio de Santos Suárez, al filo de las dos de la tarde comentaba la buena nueva con algunos clientes.
“Lo supe por un vecino que tiene la antena ilegal del cable. Es increíble que todavía el gobierno no se haya hecho eco de la noticia. La impresión que tengo es que andan desorientados, que no la han recibido. Estas medidas dejan abierta la opción para que dueños de pequeños negocios podamos acceder a créditos. Aunque no será posible si ellos no lo autorizan”, apunta.
En una sala de internet en el centro comercial de Puentes Grandes y Avenida 26, cuatro jóvenes con audífonos de colores chillones en el cuello, que navegaban por la red, interesados en el partido Real Madrid y Atlético por la Copa del Rey, tuvieron la primicia.
“Me parece excelente que los americanos hayan roto la inercia y puesto en práctica una estrategia. Ahora veremos qué dice nuestro gobierno. No se resuelve nada con importar equipos informáticos y teléfonos celulares y luego el Estado los venda a precios inaccesibles”, dice uno de los jóvenes.
Su comentario provocó un minidebate. Osvaldo, médico, quien suele conectarse una vez por semana para enviar correos a su hijo en Ecuador, piensa que la reacción del gobierno lo decepciona.
“Lo único que se ha destacado es la liberación de los agentes. El resto, incluidas las medidas anunciadas hoy, les provoca más temor que alegría. No están en sintonía con el ciudadano común y corriente, que sí recibe con optimismo cada nueva apertura. Ya son 56 años culpando de los fracasos a Estados Unidos. La gente necesita que el gobierno ofrezca su versión oficial sobre los acontecimientos y diga la estrategia que piensa implementar”, acota el galeno habanero.
Josefa, ama de casa, se enteró de la noticia por una llamada que desde Miami le hizo un nieto. “Me contó que se contempla derogar las licencias a las líneas aéreas. Ojalá que esto abarate el costo de los vuelos, el de La Habana-Miami es demasiado caro, 422 cuc por un viaje que dura menos de una hora. Para que eso suceda se necesita de la buena voluntad del lado cubano. Pero me temo que a esta gente (el régimen) solo les interesa el dinero y el poder”.
En un pequeño parque del reparto Casino, en el municipio Cerro, a 25 minutos en auto del centro de La Habana, dos amigos matan el tiempo jugando ajedrez. “Me desayuno con esta noticia. Al gobierno le interesa un comino el plan de Obama, ellos implementarán solo lo que les convenga. Y, por lo visto, les interesa seguir teniendo el control de la economía, las finanzas y de las personas. Mientras en el poder siga esa casta de ancianos, nada va a cambiar. Lo bueno que tiene la política de Obama es que les quitará la careta”.
Está por ver si las nuevas medidas promulgadas por Estados Unidos son capaces de dinamitar el potente bloqueo del régimen castrista a la autonomía económica y libertades políticas de sus ciudadanos.
Un mes después del 17 de diciembre, los cubanos de a pie ya no son tan optimistas.
Iván García
Foto: Una mujer vestida con la bandera de Estados Unidos camina por La Habana. Con discreción, pues en determinado momento estuvo prohibido, a los cubanos les gustaba llevar gorras, camisetas, shorts o leggings con símbolos estadounidenses, pero a partir del 17 de diciembre, abiertamente los exhiben por las calles de toda la isla. Foto de EFE tomada de Terra.