A todos los amigos:
Gracias por los correos recibidos, felicitándonos a Iván y a mí por haber sido nominados por Reporteros sin Fronteras a su premio en la categoría de Ciudadanos: rsf.org/es/noticias/premio-rsf-2016
Gracias también por las notas publicadas en Diario de Cuba, Diario Las Américas y Martí Noticias.
Permítanme detenerme en la foto que puso Martí Noticias, la única que tenemos donde aparecemos Raúl Rivero, Iván y yo. En el pie dice que estamos en la redacción de la agencia Cuba Press, pero como solía decir Raúl, Cuba Press era una ‘abstracción’: nunca tuvo sede o redacción.
La mayor parte de las veces, la treintena de periodistas de Cuba Press, subíamos los tres pisos donde radicaba el apartamento de Raúl y su esposa Blanca Reyes, en Peñalver 466 entre Oquendo y Francos, Centro Habana, y desde su teléfono, el 79-5578, un aparato negro, situado en la mesita de la sala, dictábamos los trabajos a las personas que en Miami o Madrid nos los subían a internet. Estamos hablando de los años 1995-1998.
No teníamos internet y pocos domicilios habaneros tenían teléfonos inalámbricos, que ahora son algo común y corriente. Entonces, ni soñar con celulares, sms, twitter, whatsapp, facebook… Si mal no recuerdo, fue en 1999 cuando a dos o tres de Cuba Press, entre ellos Iván y yo, nos hicieron llegar dinero y en el centro comercial de Carlos III compramos equipos de fax, y por ahí pasábamos los trabajos, un ‘lujo’ en medio de tanta precariedad.
La foto que puso Martí Noticias, igual a la que estoy anexando, fue hecha en el verano de 2000 para un reportaje sobre el periodismo independiente cubano que estaban realizando los periodistas suizos Ruedi Leuthold y Beat Bieri.
Raúl, con su veintiúnica camisa de mezclilla, Iván, con su pulóver de domingo, y yo con un vestido de andar y salir (en el 2000 todavía en la isla de los Castro se vivía en «período especial en tiempos de paz»), estamos en casa de Ricardo González Alfonso, en la Calle 88 entre 9na y 7ma., Miramar.
Tres años después, el 4 de abril de 2003, Ricardo y Raúl serían enjuiciados juntos en el tribunal popular de Diez de Octubre, y condenados a 20 años de prisión. Por razones de salud, Raúl fue liberado a fines de 2004 y el 1 de abril de 2005 llegaba a Madrid como refugiado político.
Ricardo permaneció en la cárcel hasta julio de 2010, cuando por las negociaciones de la iglesia católica, las Damas de Blanco y el gobierno español con Raúl Castro, fueron excarcelados los presos políticos del Grupo de los 75 y desterrados a España. Ricardo sigue viviendo en España, y en Cuba, vale recordar, fue corresponsal de Reporteros sin Fronteras.
En nosotros dos, Reporteros sin Fronteras está reconociendo también a los cientos de periodistas, independientes, alternativos y no oficiales que hoy en Cuba hacen o intentan hacer periodismo por y para los cubanos.
Pero, sinceramente, para ser justos, ese premio debe ser otorgado a quienes lo están pasando peor que nosotros, los colegas Lu Yuyu y Li Tingyu, detenidos en China; Ali Al-Mearay, arrestado en Bahrein; Roya Saberi Negad, iraní-británica condenada a cinco años de prisión en Teherán; al brasileño de origen japonés Leonardo Sakamoto o al sitio SOS Média, de Burundi.
Tania Quintero e Iván García
Lucerna y La Habana, 25 de octubre de 2016.