Desde La Habana

«No tengan miedo a decir lo que piensan»

“Debate masivo de los Lineamientos aporta enorme y rico caudal de argumentos”, comentó Esteban Lazo, miembro del buro político del Partido Comunista de Cuba, al intervenir ante el consejo nacional de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. La información apareció el 13 de enero en Granma.

Además, Lazo afirmó que era muy difícil llevar adelante las transformaciones propuestas sin el consenso y opiniones de todos. Según el diario, se habían celebrado en el país más de 55 mil “reuniones de debates”, aproximadamente un tercio de las planificadas.

Como trabajadora de la Dirección Municipal de Justicia de Arroyo Naranjo, el 7 de enero asistí a la reunión de mi centro laboral. Lo inquietante del procedimiento no estaba en las opiniones, sino en el método de recepción de las mismas.

La reunión había sido anunciada tres días antes y programada para las 4 de la tarde, media hora antes de acabar la jornada laboral. Como no habían anunciado de qué iba a tratar, los comentarios de pasillos empezaron a rodar y los temores afloraron.  Todos estaban a la expectativa, pensaban que se abordaría el tema de los ‘disponibles’ o

A la hora y lugar acordado, en un salón estrecho y donde la mayoría estaba de pie, comenzó el mítin. Una señora con unas pronunciadas uñas acrílicas, que decía ser miembro del PCC y anfitriona del evento, en ese momento comunicó, el tema a debatir: los lineamientos económicos del próximo quinquenio. Sabían que si el asunto era revelado antes, no cumplirían con el porcentaje de asistencia.

Mientras cada uno de los participantes dejaba consignado en un papel sus generales y firmas, la partidista explicaba la forma en que se desarrollaría la reunión. Primero se analizaría el documento por capítulos y luego, quien quisiera opinar, levantaba la mano, daba su nombre y apellido, y el número del lineamiento que quería discutir.

“No tengan miedo a decir lo que piensan, todos los planteamientos serán escuchados”, dijo. “Las actas se meterán en una computadora y se mandarán en mensaje cifrado y codificado al Consejo de Estado, para que no caiga en manos del enemigo”, explicó, como si las telecomunicaciones en Cuba estuvieran tan desarrolladas y al alcance de todos, y las informaciones pudieran ser fácilmente sustraídas.

Quedé atónita y me entraron ganas de reír. ¿Era ficción o nos quería hacer sentir el ombligo del mundo? Los vicios del socialismo cubano son difíciles de erradicar. Evidentemente, sus seguidores no han interiorizado las palabras de Raúl en su más reciente discurso, cuando confesó que había que luchar contra el secretismo estatal.

Mientras la señora chocaba sus dedos contra la mesa, mi subconsciente procesaba la información que veía y escuchaba. ¿Le alcanzaría su salario para mantener tan hermosas sus manos? En el mercado informal, las uñas acrílicas cuestan 200 pesos en moneda nacional (8 cuc) y 100 pesos (4 cuc) ponérselas y rellenarlas periódicamente. Su militancia en el partido no iba en consonancia con su atuendo ni con el mensaje que intentaba trasmitir.

“Nombre y apellidos, enviar la información cifrada… O sea, necesitan saber quiénes opinaban y lo que pensaban los trabajadores”, pensé.  En esas condiciones, el que sabe lo que le conviene, medirá el alcance de sus palabras, sobre todo cuando después de esa asamblea podría venir otra, declarando los ‘disponibles’. ¿Esa es la forma en que propician el debate y las opiniones divergentes?

Si realmente quisieran el consenso y opinión de todos, realizarían un referendo constitucional como legalmente exigen las nuevas transformaciones.  En una jornada y con una sola pregunta, sabrían cuántos cubanos apoyan la actualización del modelo socialista. Claro, las condiciones socioeconómicas del país no soportan ese procedimiento.

Las reuniones de debates son más eficaces y confiables. Fue el método utilizado cuando aumentaron la edad de jubilación. En Francia, ante una situación, los trabajadores salieron a calle y protestar, creando una crisis gubernamental. En Cuba, el proletariado desfiló el 1 de Mayo a dar su apoyo a la revolución.

La propaganda política lo denomina  ‘mecanismo de consulta popular’. Y constituye una forma sutil para controlar la ciudadanía y acallar opiniones. Incluso, le permite predecir los resultados y poner en Granma titulares como éste: “El pueblo de Cuba unánimemente aprueba los lineamientos”.

Laritza Diversent

Foto: AFP

Salir de la versión móvil