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Negros en Cuba aspiran a más

Las personas de la raza negra son las que peor viven en Cuba. También los descendientes de africanos son mayoría en las atestadas cárceles. A pesar de los negros y mestizos superar el 50% de la población, ocupan los trabajos más duros y ganan los salarios más bajos.

En la escala social, son minoría los afrocubanos en puestos de relevancia. Suelen encasillarlos. Son famosos o reconocidos en la música, el deporte, la santería, y por supuesto en el sexo, es el caso de  jineteras y pingueros.

Según Fidel Castro dijera en un discurso hace ocho años (y la última estadística conocida), el 88% de la población penal en Cuba -estimada en 100 mil reos por fuentes de la disidencia- es negra o mestiza.

Los delitos más violentos son cometidos por personas de esa raza. Y es el sector que menos divisas recibe por concepto de remesas familiares. Hasta donde se sabe, los hermanos Castro no son racistas. En Ginebra, el vicecanciller Abelardo Moreno reconoció ante el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas, que en la isla persisten ‘ciertos’ prejuicios raciales (http://www.elmundo.es/america/2011/02/16/cuba/1297888360.html).

Dentro de la sociedad cubana existen preocupantes indicios de racismo solapado. Puede que un forastero de paso no los note. Sin embargo, están latentes. Una peligrosa caja de pandora. Blancos y negros se aceptan. Montan los mismos ómnibus. Hablan entre sí. Se sientan juntos en el muro del malecón y mientras charlan de lo mal que van las cosas, se toman un litro de ron.

Pero se saben diferentes. Pregúntele a Ramiro, gerente, sobre el racismo sutil y le hará un mohín de disgusto con la boca. Es blanco, alto y rubio. Administra un café que vende repostería francesa en el centro de La Habana.

“No soy racista. Pero en el turismo y los negocios con extranjeros, casi todos los empleados son blancos. Entre los jefes el predominio es casi absoluto. El racismo más fuerte no es el del blanco hacia al negro, sino el de los negros hacia los mestizos y blancos. Siempre piensan que los blancos queremos joderlos”, dice el gerente.

Es cierto que hay frases y groseras actitudes entre los negros y mulatos. Pero la metralla de grueso calibre con ofensas racistas es disparada por gente de piel blanca.

Salvo contadas excepciones, un blanco cubano estaría dispuesto a casarse con una negra. “Sexo todo lo quieras, pero matrimonio ni de broma”, confiesa Heriberto, estudiante.

Las jóvenes blancas no piensan igual. Por los tabúes existentes, como el supuesto mal olor de sus cuerpos, penes enormes o la tendencia a golpear a sus mujeres, a ellas no suelen gustarle los negros. “Pero si me enamorara de un negro, no dudaría en contraer nupcias. Siempre que no sea muy oscurito”, expresa Noemí, cajera.

Elsa, socióloga, ve con preocupación una serie de síntomas y señales racistas en la isla. “Se trata de una jerarquía con poder económico que no esconde su comportamiento segregacionista. Ven a los negros como una amenaza. Donde no hay racismo es a la hora del sexo. Algo que heredamos de los colonizadores españoles, a quienes gustaba irse a la cama con negras y mulatas. Entre los blancos y negros de barrios pobres no existen prejuicios raciales”.

Vetas de racismo también ocurren en los menores de edad. En las escuelas o cuando juegan entre sí, a la primera gresca, aunque se trate de un mulato, el niño blanco en tono despectivo grita ‘negro de mierda’. Para Lucía, directora de una escuela primaria, “es un problema que traen los pequeños de sus hogares, donde escuchan a sus padres referirse a los negros de forma peyorativa”.

Ana, alumna negra de un curso de relaciones internacionales, se siente marginada en su clase. “Soy la única prieta del grupo. No llegan al extremo de ofenderme por mi color de piel, pero me ningunean y no me invitan a sus fiestas”, dice.

Ser negro en Cuba todavía no es un problema grave. Las leyes sancionan la discriminación racial. Y la Constitución reza que todos tienen los mismos derechos.

Los cubanos de piel oscura no lo perciben así. Viven en las peores casas, son mayoría en las cárceles y no ocupan puestos de relevancia. Los negros en Cuba desean que las cosas cambien. Algún día, ellos también aspiran a ser líderes.

Iván García

Foto: Trekearth, Santiago de Cuba.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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