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Lo que queda del Che en Cuba

Lo que queda del Che en Cuba

En Miami, en un chalet sin grandes pretensiones arquitectónicas, existe un museo de la Brigada 2506 que honra a la tropa de cubanos que en Bahía de Cochinos enfrentaron a las milicias y fuerzas armadas de la Isla.

En varios murales de madera, colgados en las paredes, se exponen cientos de fotos de combatientes caídos en aquellos años de confrontación armada contra el comunismo implantado por los hermanos Castro.

Si tiene un poco de suerte, usted se puede encontrar en el museo con Félix Rodríguez, el ex agente de la CIA que el 8 de octubre de 1967 capturó en Quebrada del Yuro, Bolivia, al guerrillero argentino Ernesto Che Guevara.

Rodríguez, un anciano de porte marcial a pesar de sus achaques, ha contado en innumerables ocasiones una escena que desmitifica al símbolo egregio que nos quiere vender la autocracia verde olivo.

Nadie, ni siquiera sus adversarios, ponen en duda la valentía del Che. Pero esa mañana fría, Guevara, emboscado por el ejército boliviano, se vio forzado a la rendición.

Relata su captor que el Che estaba herido, andrajoso y con su fusil inutilizado. También muy decepcionado por no tener comunicación con La Habana. Rodríguez recuerda que aún le quedaban balas en su pistola y cuando se entregó a sus enemigos les dijo: “Valgo más vivo que muerto”. Félix Rodríguez también así lo creía.

Pero las órdenes superiores era ejecutarlo y enterrarlo en algún sector de la pista en el aeropuerto de Vallegrande. Ese acontecimiento lo pasa por alto la historiografía castrista. Prefieren destacar su heroicidad y liderazgo guerrillero.

La vida real del Che Guevara es un mito inexacto. Cuba celebra el 8 de octubre como el día de su muerte. Pero lo acribillaron a balas un día después. John Lee Anderson, quien ha investigado la vida de Guevara, asegura que la fecha de nacimiento del 14 de junio de 1928 es falsa, que nació un mes antes en la ciudad argentina de Rosario.

Luego de la batalla que lo inmortalizó en la provincia cubana de Santa Clara, Guevara solo acumuló fracasos en el campo de combate. El Congo y Bolivia fueron auténticas ratoneras al no estar creadas las condiciones para una guerra de guerrillas.

En lo económico tampoco sobresalió. Como presidente del banco nacional o ministro de industria, el trabajo de Guevara fue de regular a malo, al intentar imponer su proyecto de un Hombre Nuevo por encima de las reglas mercantiles, salariales y económicas por las cuales se rige una nación.

Sus enemigos lo acusan de asesino. Rubricó medio millar de penas de muerte sumarias cuando estuvo al frente de la Fortaleza de La Cabaña, al otro lado de la bahía. Comunista convencido, en la Sierra Maestra siempre fue un tipo hosco e inflexible, aunque con un buen nivel cultural. Personalmente ajustició a varios guerrilleros sediciosos.

Su escaso apego a las cosas materiales, su austeridad e integridad personal probablemente fueron sus cualidades más relevantes. Y, sobre todo, que puso el pellejo para demostrar sus ‘verdades’.

Junto al difunto Fidel Castro, Guevara es hoy uno de los santones de un proceso revolucionario que ha terminado en una dictadura perfecta. Ya desde que los niños son pequeños, en Cuba comienza un culto casi religioso al Che.

“Me acuerdo que en el círculo infantil nos contaban anécdotas del Che y su amistad con Camilo y Fidel. Después, cuando entras en la enseñanza primaria, todas las mañanas te hacen repetir la consigna ‘pioneros por el comunismo, seremos como el Che’. Ese adoctrinamiento sistemático ha calado en mucha gente”, rememora Octavio, ingeniero civil.

Ada, pedagoga, sostiene que la mercadotecnia publicitaria sobre la vida y obra del Che Guevara, “es simplemente brutal. Y se van creando reflejos condicionados que terminan beatificando a figuras de la revolución que cuando uno es adulto, u reconoce como culpables del desastre nacional. Con el Che pasa lo mismo. Sus errores como ministro son minimizados. La campaña publicitaria del gobierno engrandece sus cualidades de líder. El Che tiene más poder de convocatoria que Lenin o Mao entre los jóvenes del mundo occidental y eso lo ha convertido en un marketing político. Personajes ajenos a la ideología comunista como Maradona o Mike Tyson se han tatuado su imagen. Su rostro se vende impreso en camisetas y relojes de lujo. Su imagen ha servido de publicidad en grandes marcas”.

En una casona en Guanabo, poblado al este de la capital famoso por su playa, vive uno de los mejores artistas del tatuaje cubano. Le pregunté si aún la imagen del Che vendía.

“Es de las que más se vende. No solo entre extranjeros, también entre los cubanos. Siempre me ha llamado la atención que los que se tatúan su imagen son friquis, gente que hala ‘polvo’ en cantidades industriales, personas liberales y amantes del capitalismo. Y la obra del Che es todo lo contrario. Aquí no suelen venir los funcionarios de la UJC ni el Partido Comunista, quienes al ser sus seguidores más fieles, debieran tatuárselo en la piel. Tal vez sea por el dolor o por el precio: cada tatuaje del Che cuesta de 25 a 50 pesos convertibles”, dice el tatuador habanero.

Si alguien le ha sacado billetes a la figura del Che es su familia radicada en Cuba. Aleida Guevara, su hija, creó una fundación con el nombre de su padre, que bajo el pretexto de difundir su obra, ha creado una marca mercantil que deja buenos dividendos económicos.

Llamémosle Rubén, una persona que conoce al dedillo los chanchullos de la Fundación Che Guevara. Según cuenta, “a la gorda (Aleida) no se le escapa una. Hace dos años, una editorial izquierdosa de Sudamérica publicó un libro con el pensamiento del Che y Aleida los demandó para que pagaran la coima. El Che habrá sido muy honesto, pero sus descendientes cubanos son de ampanga. Les gusta el dinero más que el dulce coco”.

Daniel, fanático a las motos Harley Davidson, recuerda que “cuando muy pocos en Cuba eran cultores de la Harley, nosotros teníamos un club y los fines de semana nos reuníamos. Después de muchísima burocracia, pudimos organizar un festival en Varadero, donde vienen motoristas de otros países. Cuando dos hijos del Che, Camilo y Ernestico, vieron el filón del negocio, se apropiaron de la cosa. Junto con Gaviota abrieron un bar en divisas en La Habana y alquilan motos Harley, compradas nuevas, con las cuales se puede hace un tour por toda la Isla, cobran de dos mil quinientos a tres mil dólares. Han adulterado la historia, porque el recorrido que dio el Che por Sudamérica fue en una moto Norton 500”.

Ernesto Guevara funciona mejor como negocio que como ideología. En el momento de su detención, le dijo a Félix Rodríguez, su captor, que valía más vivo que muerto. No se equivocó.

Iván García

Foto: Camisetas con el Che en Santa Clara, entre otros souvenirs. Tomada del blog Flora the Explorer.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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