No se puede disfrutar de la Navidad en un país con las cárceles llenas de presos políticos: extraoficialmente se calcula que un millar de cubanos se encuentran injustamente tras las rejas, como los periodistas independientes Esteban Rodríguez y Lázaro Yuri Valle Roca y los miembros del Movimiento San Isidro Luis Manuel Otero y Maykel Osorbo. Entre los encarcelados, adolescentes, mujeres y jóvenes, arrestados antes o después del estallido social del domingo 11 de julio de 2021.
No se puede disfrutar de la Navidad en una isla con una alarmante escasez de alimentos, un gran desabastecimiento de medicinas, con precios de infarto en moneda nacional o divisas, tanto en los comercios estatales como en el mercado negro, con una inflación incontrolable, con largas colas para comprar cualquier cosa.
No se puede disfrutar de la Navidad con una Habana que por la desidia y el abandono de la fracasada «revolución fidelista», se está cayendo a pedazos, provocando víctimas mortales. La última, Rolando León, 58 años, quien el 16 de diciembre venía de cobrar en un cajero automático su salario como sanitario en un hospital y cuando pasaba por Monte y Ángeles, en el barrio habanero de Jesús María, le cayó la pared de un inmueble en peligro de derrumbe, falleciendo en el acto.
No se puede disfrutar de la Navidad con un régimen represivo, racista, machista, violador de los derechos humanos, ineficaz, anquilosado e insensible hacia las penurias de una población cada vez más empobrecida, maldirigida por gobernantes retrógrados, deshonestos, gordos y barrigones, incapaces de renunciar y echarse a un lado ante las ruinas en que han convertido a Cuba. Por el contrario, lo suyo es disfrutar de las mieles del poder durante décadas y décadas.
No se puede disfrutar de la Navidad cuando más de 8 mil cubanos han muerto por la pandemia del Covid-19, entre ellos 93 embarazadas y 18 bebés menores de un año, y que en algunos casos pudieron haberse salvado si en los hospitales los médicos hubieran tenido los recursos necesarios, como el vital oxígeno. Otros cubanos murieron por falta de medicamentos o de ambulancias, mientras el régimen sigue adquiriendo patrullas policiales y autos para alquilar a turistas.
La Navidad de 2021 será la más triste de Cuba en los últimos 63 años.
Tania Quintero
Foto: Uno de los cientos de ancianos cubanos que sobreviven vendiendo frutas y viandas en aceras y portales de La Habana y bebiendo ron de pésima calidad. En países donde la población es mayoritariamente católica, como en Cuba, organizaciones caritativas masivamente entregan jabas o bolsos con alimentos a personas y familias desfavorecidas cuando llegan los días navideños, pero el régimen castrista ni siquiera permite esos gestos hacia su gente pobre. A los mandamases que a partir de 1959 comenzaron a destruir la Isla, lo único que les interesa es mantenerse en el poder a toda costa. Tomada de Diario de Cuba.