Desde La Habana

La Ley de Ajuste Cubano y los futuros emigrantes

Uno de los pocos habaneros que no se alegró con el histórico acuerdo del 17-D entre el presidente Obama y el General Raúl Castro fue Dagoberto, un tipo que frisa los cuarenta y hace seis meses salió de la cárcel tras cumplir una sanción de 6 años por tenencia de marihuana.

“Tengo familia en la yuma, pero por tener expediente de drogas no clasifico en el programa de reunificación familiar. Mi única opción es tirarme al mar o llegar a través de la frontera con México”, afirma mientras bebe una cerveza Corona en un bar habanero.

Un par de veces, Dagoberto intentó llegar a Estados Unidos en 2014. “La primera vez me atraparon los guardacostas americanos. Gasté 3 mil dólares en comprar un motor de petróleo y junto a un grupo de amigos armamos una embarcación de madera. La segunda vez me monté en un avión rumbo a Ecuador. Pero en la aduana de Quito me viraron para Cuba. Se rumora que con la nueva política, la Ley de Ajuste tiene sus días contados para la gente que planifica marcharse en balsa o entrar por un tercer país. Debo apurarme si quiero llegar al norte».

En un parque del Vedado, a dos cuadras de la SINA (Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba), donde desde horas tempranas de la madrugada las personas que solicitan visas hacen cola, de lo que más se comenta es de la Ley de Ajuste Cubano.

En los últimos dos años, a Ihosvany le han negado la visa en cuatro ocasiones. Pero lo sigue intentado. “Un primo en Orlando me invitó y me denegaron la visa de turista. Ahora estoy en trámites para salir por reunificación familiar, a ver si tengo más suerte”.

Los funcionarios consulares de la SINA insisten que aquellas personas que desean viajar o emigrar definitivamente hacia Estados Unidos, que la estrategia de reiteración en el pedido de visa no es la más correcta.

Yulia, desesperada por marcharse del país, hace caso omiso. Y en una casa en los alrededores de la SINA, llena una planila para presentar de nuevo en el Consulado. “Tres veces me han dicho no. Vamos a ver si a la cuarta va la vencida, pues una amiga residente en Chicago me consiguió un curso en una universidad. Si es cierto lo que se comenta, que en 2015 derogan la Ley de Ajuste, acontecerá un Mariel. Son decenas de miles los que se quieren ir de Cuba”.

Cada año, la Sección de Intereses otorga más de 20 mil visas por concepto de reunificación familiar. En los últimos 20 años, casi medio millón de personas se han marchado de la Isla tras los acuerdos migratorios firmados por Bill Clinton y Fidel Castro en 1994.

Pero la demanda supera la oferta. Quienes no tienen parientes o cónyuges recurren a cualquier treta o simplemente apuestan por tirarse a las turbulentas aguas del Estrecho de la Florida en una balsa de goma.

En un intento por desalentar el preocupante incremento de viajes ilegales desde la Isla, las autoridades estadounidenses han reiterado que la política de inmigración y las operaciones de los guardacostas se mantienen sin cambios e insisten que solo el Congreso puede derogar las leyes vigentes respecto a los refugiados cubanos.

La advertencia gubernamental trascendió en un comunicado emitido por el Servicio de Guardacostas, luego de un inusitado crecimiento en el flujo de operaciones ilegales desde Cuba durante la segunda mitad de diciembre y los primeros días de enero, coincidiendo con el anuncio del presidente Barack Obama para normalizar las relaciones con La Habana.

Según analistas en Estados Unidos, los pasos tomados por Obama no alteran la Ley de Ajuste Cubano y no está en peligro de que a priori se pueda derogar por un acto presidencial. Es una Ley de Derecho Público (Public Law 89-732/1966), aprobada por el 89º Congreso de EEUU y con rango de Ley Federal. Al ser pública y de interés general -a diferencia de las Private Law-, solo puede ser enmendada, revisada o revocada por el Congreso de Estados Unidos de América.

Pero los balseros cubanos parecen hacer oídos sordos. Un total de 890 cubanos han sido interceptados en el Estrecho de la Florida y en la zona del Caribe, o han logrado llegar a las costas estadounidenses desde que comenzó el año fiscal 2015, el pasado 1 de octubre. De ellos, 577 lo han hecho durante diciembre y los primeros días de enero en una escalada que ha disparado las alarmas en Washington y Miami.

Después del anuncio de Obama, los cubanos capturados en el mar suman 421. Todo parece indicar que el flujo puede aumentar. Congresistas y Senadores cubanoamericanos se cuestionan la letra y espíritu de la Ley.

Muchos cubanos que dicen ser perseguidos políticos y por eso huyen, la invocan cuando deciden pedir asilo en Estados Unidos. Pero a los pocos meses regresan a Cuba, a hacer turismo. Incongruencias difíciles de explicar.

Una mayoría de cubanos, en las dos orillas, reclamaban la normalización de las relaciones con Estados unidos y el fin del embargo. Pero, según una encuesta reciente, elaborada por Florida International University, el 86% de los cubanoamericanos en el sur de la Florida favorecen la continuación de la Ley de Ajuste. Incluso en la generación que salió de Cuba entre 1959 y 1964, solo el 36% favorece su eliminación, mientras que el 64% se opone.

No juega la lista con el billete. Si las relaciones entre los dos gobiernos va camino a la buena vecindad, la Casa Blanca no tiene por qué concederle un trato especial a los ciudadanos cubanos.

Si la Ley de Ajuste fue creada para legalizar el estatus de miles de cubanos que huían de la autocracia castrista, entonces debe aplicarse su letra jurídica. Y los cubanos que se acojan a esta ley, solo deben viajar a la Isla en casos excepcionales. No para pasear con la familia y tomar cerveza con los amigos del barrio.
Ese privilegio no lo tiene ningún ciudadano en el mundo a la hora de radicarse en Estados Unidos. O las leyes se cumplen o su existencia no tiene sentido.

Iván García

Foto: Una de las colas que a diario hacen los solicitantes de visas en el exterior de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Tomada de la web Voz de América.

Salir de la versión móvil