Detrás de la pared se encuentra la cisterna de un edificio aledaño, la cual se filtra llenándole de agua toda su destartalada morada. También se filtra la fosa sanitaria de ese inmueble. Dentro del tugurio no hay baño, por lo que hacen sus necesidades en un cubo.
Con Yaneth viven sus dos hijos. Uno de ellos, de 16 años de edad, se ha convertido en asmático debido al alto grado de humedad que allí existe. Desde hace 33 años reside en este lugar. Tiene un expediente abierto como caso social desde el año 1998 y un dictamen declarando la vivienda inhabitable emitido por la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda (UMIV).
La policía la sacó por la fuerza. Después de ser desalojada, la casa le fue entregada a un coronel del Ministerio del Interior llamado Jorge Luis Estrada. Según Yaneth, Estrada no tiene hijos ni una necesidad real de vivienda, pues la habita una señora que no es familia suya y al parecer es su amante.
Todos estos problemas han sido expuestos por Yaneth a las más altas instancias del gobierno y el Consejo de Estado, denunciando también hechos de corrupción relacionados con su caso, como el mencionado anteriormente. Pero sus reclamaciones son devueltas, sin recibir respuesta, al mismo lugar donde se originan sus problemas: la Dirección Municipal de la Vivienda.
-Si yo tuviera dinero ya hubiese resuelto mi problema. O si fuera ‘pincho’ (dirigente) como ese coronel. Pero soy una pobre mujer que no tiene dolientes ni parientes, así que tengo que aguantar callada, sin poder protestar, porque si lo haces lo que te cae encima es la desagradable. Esto no es fácil, ¿hasta cuándo tenemos que estar soportando tanto descaro y mentiras? Fíjate cómo es la cosa que la señora que atendía casos sociales como el mío, pidió la liberación porque dice que no puede seguir diciéndole mentiras a la gente, señala Yaneth gesticulando nerviosamente sus manos.
Ella tiene documentadas todas las reclamaciones y dictámenes hechas al Instituto de la Vivienda. También al Consejo de Estado, lo que ratifica la veracidad de lo que expone. Así y todo, no se le da una respuesta a sus reclamos.
Yaneth se encuentra en una encrucijada, al borde de la locura. Cree que ya es hora de que las instituciones estatales le den una solución a su caso. Lleva ya 33 años esperando.
Texto y fotos: Lázaro Yuri Valle Roca