Como muestra de su aguzada visión política y de su preocupación por ofrecer un testimonio claro de su perfil democrático, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a finales del mes de enero va a elegir al general Raúl Castro Ruz como presidente para el período de trabajo de los próximos doce meses.
La institución, integrada por 33 países de la región, designará al gobernante cubano para el cargo durante una reunión con la Unión Europea el lunes 28 de enero en Santiago, la capital chilena. El anfitrión de la cita, Sebastián Piñera, pasará la presidencia a Castro, quien en 2014 la entregará a la señora Laura Chinchilla en Costa Rica.
Con esta decisión, la CELAC ha querido, seguramente, enseñar su diversidad, su tolerancia y la vocación unitaria de las naciones de esa parte del mundo. Al mismo tiempo, pretende aclarar que sus mandatos originales no pueden ser un estorbo a la hora de encarar las tareas en una realidad tan compleja como la que vive hoy la humanidad.
Fundada en México en febrero de 2010, con el objetivo de «reafirmar la preservación de la democracia y de los valores democráticos y la vigencia de las instituciones y el Estado de Derecho», la CELAC nombra al jefe del régimen de una isla que al culminar el año 2012 duplicó la cifra de los presos políticos (hay ahora unos 90) y se realizaron 550 arrestos arbitrarios por mes a los representantes de la oposición pacífica y las Damas de Blanco.
La organización, promovida con fervor por Hugo Chávez para debilitar la Organización de Estados Americanos y sacar del juego a Estados Unidos y Canadá, tendrá el rostro del jefe de un país en el que no hay elecciones desde la década de 1940 y el periodismo libre es el oficio de una minoría de hombres y mujeres marginados y sin recursos.
El nombramiento de Raúl Castro como presidente de la CELAC es otra seña del recorrido todavía triunfal del populismo en el continente. Un timbre del poder de maniobra de los mentores del socialismo del siglo XXI, sus aliados y de los que se dejan querer con la mano extendida hacia el dinero de Venezuela. Y un retrato de la hipocresía, el oportunismo y la demagogia de quienes duermen con un cartel de demócratas a los pies de la cama y a la vera de la caja de caudales.
Raúl Rivero
El Mundo, 25 de enero de 2013
Foto: Raúl Castro, durante la inauguración de la primera cumbre de la CELAC, celebrada en Caracas el 2 de diciembre de 2011. AP, tomada de Últimas Noticias.