Vino al mundo en La Habana y en La Habana acaba de fallecer Juan Formell, el músico que a partir de 1969, cuando fundó la orquesta Los Van Van, puso a bailar a los cubanos desde el Cabo San Antonio hasta la Punta de Maisí, y en sus canciones reflejó con ritmo y sabrosura a la gente y su vida cotidiana.
A la ciudad donde nació, Formell le dedicó La Habana no aguanta más, La Habana sí, La Habana joven, De La Habana a Matanzas y Havana City. Murió a los 71 años, el 1 de mayo, día internacional del trabajo. La temática laboral, por cierto, estuvo presente en Constructores por derecho (los microbrigadistas), Artesanos de la harina (del pan y las panaderías) y Artesanos del espacio (los que construyen barbacoas, para aprovechar el espacio), entre otros números.
Además de compositor, arreglista y director, Juan Climaco Alfonso Formell Cortina (2 de agosto de 1942), fue un cronista social. Cuando pase el tiempo y los historiadores quieran saber cómo eran, qué pensaban y sentían los cubanos de a pie que vivieron en la autocracia verde olivo, tendrán que escuchar a Los Van Van y en particular los temas escritos por Juan Formell.
Baste echarle una ojeada a los títulos de algunas de sus muchas canciones: El penoso, La compota, La lucha, Chirrín chirrán, Ponte pa’las cosas, Pero qué falta de respeto, El martes, Llegué llegué, De todo lo mejor, Cierre, Hasta la semana que viene, Resuelve, Dale dos, El tren de Jagüey, Cuéntame, Agua, que te quemas, El baile del buey cansao, De 5 a 7, Qué pista, Dale calabaza, Qué palo es ése, La resolución, Quien bien te quiere te hará llorar, Eso que anda, No es fácil, que no que no, Nosotros los del Caribe, Recaditos no, Diferentes y especiales, El negro no tiene ná, Que vivan los abuelos, Aquí el que baila gana, Esto sí es distinto, Deja la bobería, Mis dudas, Qué domingo, No pidas más prestao, La buena, Consejo de un viejo, Aquí se enciende la candela, Y qué tu crees, Seis semanas, Un socio, No soy de la gran escena y Qué sorpresa, más conocida por Voy a publicar tu foto en la prensa.
La mujer como protagonista la encontramos en Pastorita, Marilú, Yuya Martínez, Laura Chancleta y Por encima del nivel (Sandunguera), entre otras. En 2011 se lanzó un CD de Elena Burke (1928-2002) con doce canciones de Juan Formell interpretadas por la Señora Sentimiento, entre ellas De mis recuerdos, Y ya lo sé, Lo material, Yo soy tu luz, Al fin creo en el amor, Optimismo y La chica solitaria. Del amplio repertorio de Formell, uno de los temas que levantó más ronchas fue La titimanía, sobre los hombres mayores que andan detrás de las ‘titis’ (jovencitas). Para el cine, compuso Los pájaros tirándole a la escopeta; para el teatro, La barbacoa y Vivir en Santa Fe y para la televisión, La rueda de casino. En el 2000, la argentina Liliana Mazure y el cubano Aaron Vega realizaron el documental Van Van, empezó la fiesta, de 84 minutos de duración.
Por los datos biográficos publicados en Salsa en Madrid, preparados por Francisco Formell Marqués, responsable de relaciones públicas de Los Van Van, uno se entera que su madre, María Magdalena Cortina Lamoreaux, era modista y ama de casa, y su padre, Francisco de Asís Justiniano Formell Madariaga, fue un hombre de gran sensibilidad artística, que además de componer y hacer arreglos musicales, escribió obras de teatro y textos periodísticos. En su adolescencia, Formell comenzó a estudiar contrabajo, música, solfeo y armonía, pero no los concluyó. En 2006, un periodista le preguntaba: Quizá si hubieses tenido formación académica no habrías tenido ese espíritu de innovar tanto, ¿eso de debe a tu formación autodidacta?
Juan Formell respondía: «Sí, pero mi padre era un músico excepcional, pianista, director de orquesta, arreglista, escribía música sinfónica, hizo ballet, tiene muchos premios en la música cubana de la época. O sea que mi formación a pesar de no ser académica es bastante amplia. Mi padre murió en 1964, me dejó con algunas lagunas, pero después me asesoré con músicos muy calificados como Rafael Somavilla, Adolfo Guzmán, Félix Guerrero, Leo Brower… He ido aprendiendo de la experiencia de la calle».
En una entrevista publicada en Música Cubana, el 21 de enero de 2008, Juan Formell contaba: «Murió Benny Moré en el 63. La orquesta Aragón empezaba a declinar. Entró Pello El Afrokán como un fenómeno increíble, pero lo que hacía no era un baile de salón. Todo eso conllevó a que la gente perdiera interés en la música, sobre todo la bailable. Esa realidad me motivó mucho. Me impulsó a hacer cambios sin abandonar la estructura del son. Me serví de la orquesta Revé, que era una agrupación de charangas e incluí timbres diferentes y sonoridades más internacionales».
El surgimiento de la orquesta de Juan Formell en 2010 lo explicaba el periodista cubano Armando López en Van Van o los relojes detenidos: «El dogmatismo revolucionario calificó el pasado como decadente; se acabó con la espontaneidad, la individualidad, la bohemia, se pretendió crear el hombre químicamente puro: el hombre nuevo. En 1968, la ofensiva revolucionaria implantó la ley seca, que cerró a cal y canto los cabarés. Nuestros padres no tenían donde bailar. El baile se consideró una actividad marginal. El país entero se volcó en un esfuerzo faraónico: la Zafra de los 10 millones. El líder repetía: «¡de que van, van!.
«Los Van Van del joven Juan Formell (tenía 25 años) tomaron su nombre de los millones de azúcar que no fueron. Y como Fidel había llorado en la Plaza su fracaso (Tata Güines se atrevió a tocar El perico está llorando), y hacía falta alegrar a la gente, los Van Van grabaron un disco tras otro. Formell había bebido del changüí de Elio Revé, pero sentía el rock y logró hacer una música más directa, más moderna, con influencias de Los Beatles y de ritmos caribeños como el reggae. Mientras otros autores entraban con una melodía cantable, la desarrollaban y luego pasaban a los estribillos y al mambo, Formell, con la inmediatez del rock, entraba con fuerza, y apoyado en su bajo, agarraba al bailador. A este son marcado por su bajo rockero, Formell le llamó ‘songo’. Sus primeros temas, La candela, Pastorita, Seis semanas, Marilú, arrebataron a la juventud. Fueron realmente novedosos».
Desde su exilio en Nueva York, Armando López, gran conocedor del mundo musical cubano, se preguntaba: «¿Hubiera sido igual el éxito de Van Van si la Isla hubiera contado con una fuerte y libre industria de la música que compulsara la creación, producción y comercialización? Quizá El buey cansao, en su momento, se hubiera convertido en un ritmo que recorriera el mundo. O hubieran surgido otras muchas agrupaciones y ritmos que compitieran con Van Van».
López terminaba así su artículo: «Pero la parálisis no es sólo en la Isla. A las puertas del restaurante Versalles, de Miami, aún se discuten acaloradamente las bondades de Fulgencio Batista, los juegos de béisbol de Habana y Almendares o al Caballero de París. Que los Van Van hayan provocado tal alboroto entre el exilio (en contra y a favor), por un concierto que fue un canto a la nostalgia, demuestra que los relojes se han detenido para muchos cubanos en ambas orillas».
En febrero de 2014, unos días antes de morir de un infarto en México, Paco de Lucía estuvo en Cuba, a donde pensaba mudarse y emprender nuevos proyectos. Durante su estancia en La Habana, el guitarrista flamenco conversó con Juan Formell sobre una futura colaboración musical. Apenas dos meses después, fallecería también el cubano, al parecer por complicaciones hepáticas.
Acerca de su vida personal, en 2008 Formell declaraba que llevaba veinte años casado con la madre de Paloma, su hija más pequeña. Y añadía: «El músico a veces tiene que desatender a la familia y ésta pasa a un segundo plano. Eso no es bueno. He tenido muchos problemas, sobre todo con los hijos, de malos comportamientos, de no entendernos. Por suerte, al final todos mis hijos me adoran y han perdonado mis errores».
A lo largo de su carrera, grabó más de 20 discos de larga duración y recibió numerosos premios y condecoraciones. En 1999 obtuvo un Grammy por su CD Llegó Van Van. El Malecón de La Habana, título del concierto en vivo grabado en 2001, fue nominado a mejor álbum de música tropical en los Grammy Latino 2003. En 2013, la Academia Latina de la Grabación lo reconoció con un Grammy a la Excelencia Musical.
A Juan Formell le sobreviven su esposa Yaimara, cinco hijos (Juan Carlos, Samuel, Elizabeth, Vanessa y Paloma) y varios nietos, a quienes los realizadores del blog Desde La Habana enviamos nuestro más sincero pésame.
Tania Quintero
Nota.- En esta entrevista, realizada en 2012, Juan Formell confiesa que los médicos le han dicho que si quiere vivir más tiempo, tiene que cambiar sus hábitos de vida. Recomiendo leer este artículo de Diego A. Manrique, especialista musical de El País.
Cómo conocer la música de la obra Vivir en Santa Fe, escrita por Formell y dirigida y escrita la obra por Nicolás Dorr. No ha habido referencia alguna, Acaso alguien la tiene.
LA HABANA- El grande entre los grandes, Juan Formell, acaba de fallecer en La Habana, a la edad de 71 anos.