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Ferias, para que los cubanos vayan a votar

Ferias, para que los cubanos vayan a votar

El sábado 18 de marzo, sin previo aviso, un desvencijado camión estatal de la era soviética, comenzó a descargar cartones con huevos de patos y codornices en un parque del populoso municipio Diez de Octubre, al sur de La Habana. A los cinco minutos las colas ya eran enormes. Entre gritos y broncas, la gente se apiñaba al lado del furgón para intentar comprar los huevos.

“Daban un cartón con treinta huevos de patos a 700 pesos y dos con veinte huevos de codornices a 90 pesos por persona. La matazón fue tremenda. Imagínate, un cartón de huevos de gallina cuesta en la calle entre 1,500 y 1,800 pesos. Y tienes que zapatear para encontrarlo. El camión pertenecía a una empresa avícola militar, los que despachaban tenían botas de guardias y pantalones verde olivo. Gracias a Dios yo pude comprar, pues vivo cerca”, dijo Damián, jubilado.

Charito, ama de casa, residente en la barriada de Lawton no tuvo igual suerte. “No pude alcanzar huevos. Vendieron un buchito, apenas un centenar de personas pudo adquirirlos. Los del camión prometieron que esta semana, además de huevos, traerían frijoles negros y embutidos. Los vecinos de la zona estamos vigilando, por si acaso. Pero aún no han venido”.

A dos kilómetros del lugar, en el céntrico cruce de avenidas conocido como La Palma, en el colindante municipio de Arroyo Naranjo, muy cerca del agro situado en la avenida Porvenir, un camión del EJT (Ejército Juvenil del Trabajo), una rama de las fuerzas armadas que utiliza a los reclutas como mano de obra barata en labores agrícolas, comenzó a vender un racimo de plátanos burros y cinco libras de boniato per cápita.

“Aquello fue un ring de boxeo, pa’que contarte. Parecía un toque de queda por la cantidad de policías controlando las colas. En una tienda por dólares sacaron queso gouda y paquetes de un kilogramo de arroz y en un mercado por pesos vendieron un queso con tremenda peste a 250 pesos la libra. El gorileo fue tremendo. Me recordó los conciertos del Micha en la plaza de Menocal”, contó Silvia, dependiente de una farmacia.

Según reveló a Diario Las Américas un funcionario municipal del partido comunista, las autoridades locales “han recibido orientaciones de las más altas instancias del país para que organicen actividades recreativas así como ferias gastronómicas y agrícolas a precios módicos. Orientaron no vender todos los productos disponibles de un golpe. Distribuirlos en pequeñas cantidades de modo que se puedan comercializar en dos o tres ocasiones. También existe una estrategia de minimizar los apagones en la semana que antecede a las votaciones del domingo 26 de marzo, cuando se elegirán los diputados a la Asamblea Nacional”.

Un técnico de la empresa eléctrica confirma que “la prioridad es que no haya afectaciones por déficit de generación en el país en la semana antes de las elecciones. Coincidió que entró un frente frío y el consumo disminuyó. Y que a raíz del viaje de Raúl Castro a Venezuela, Maduro está enviando mayor cantidad de diésel a Cuba. Después de las elecciones seguro que arrancan de nuevo los apagones fuera de La Habana”.

El régimen cubano no tiene mucho que ofrecer. Las producciones agrícolas, ganaderas, cafetaleras y pesqueras disminuyen cada año. En el último mes el dólar se ha revalorizado, impactando en el alza de precios de los alimentos en el mercado informal.

Gustavo, economista, argumenta que el gobierno intenta vender humo con un discurso triunfalista, como el aumento de turistas durante el primer trimestre del año, “pero esas cifras son engañosas. Si se compara la llegada de turistas con el año 2022, 2021 o 2020, que por causas de la pandemia y la invasión a Ucrania descendió notablemente, pareciera que crece. Pero el punto de comparación, si se quiere llegar a los tres millones y medio de turistas planificados por el gobierno, debiera ser 2019. Aunque ya desde 2018 la llegada de visitantes a Cuba descendió si lo cotejamos con los más de cuatro millones que arribaron al país en la etapa de luna de miel con Obama”.

“Hay incongruencias en la estrategia con respecto al turismo y claras evidencias que no ha funcionado. Se esperaba que para esta fecha Cuba recibiera entre seis y siete millones de turistas. Pero las políticas de Trump, que cortó la doctrina de Obama, la pandemia, crisis económica y la guerra de Putin, que afectó el mercado ruso, ha hecho trizas esas proyecciones”, opina el economista.

“En medio de esa tormenta perfecta, se debieron readecuar las directrices del ministerio de turismo y disminuir o parar las inversiones en construcción de hoteles y centros turísticos, porque el problema de Cuba no es de déficit habitacional. Al contrario. De acuerdo a estadísticas oficiales, la ocupación habitacional es solo del 15 por ciento. Si lo comparamos con Dominicana o México, que después de la pandemia han alcanzado cotas de visitantes de 8 millones y 30 millones respectivamente y una ocupación superior al 60 por ciento, es obvio que se debe cambiar de estrategia y dirigir una parte de esas inversiones en divisas al sector agropecuario y de producción de alimentos que está descapitalizado por falta de fertilizantes e insumos”, apunta Gustavo.

“Pero GAESA es un gobierno paralelo que no se rige por las directrices de Díaz-Canel. Las empresas militares controlan el 90 por ciento de los negocios que generan divisas. Probablemente a ese sector no le resulte rentable invertir moneda dura en la agricultura o en la producción de alimentos que después se comercializarán en devaluados pesos, porque no recuperan su inversión. Todo el pueblo de Cuba se pregunta cómo en medio de la pandemia, la feroz crisis económica y una inflación galopante, el gobierno no detuvo esas inversiones, que rozaron la mitad del PIB, y se canalizaron ese capital en obras públicas o del sector alimenticio”, señala y añade:

“Entre los factores que más influyen para que la gente tome conciencia que el actual modelo económico es irreformable, ha sido el divorcio de GAESA con la población. Ha quedado en evidencia que a ese emporio no le importan las vicisitudes que sufren los cubanos de a pie. Solo le importan sus negocios y lucrativos ganancias, controlando el mercado en forma de monopolio. Han invertido 20 mil millones de dólares en los últimos quince años y el país no ha visto ningún beneficio. Esa conducta irresponsable es una de las consecuencias del amplio descontento ciudadano y un buen motivo para abstenerse o anular su voto en las elecciones del domingo”, concluye el economista habanero.

David, dueño de una cafetería al oeste de la ciudad, se pregunta si hay una razón para ir a votar el 26 de marzo. Y el mismo se responde: «No hay ninguna. El país va de mal en peor. Sigue el desabastecimiento de medicinas, los hospitales son un asco y el gobierno no busca una solución a la inflación. Lo que nos viene encima es una hambruna. Los alimentos cada vez cuestan más caros. Un pan con tortilla de dos huevos no lo puedo vender en menos de 230 pesos, si quiero obtener un margen mínimo de ganancia, pues cada huevo me cuesta 50 pesos, y 60 pesos una barra de pan tipo baguette, sin contar el aceite y el pago a los empleados. Es una locura. Por eso la gente emigra y no le interesa votar en unas elecciones que no va incidir en su calidad de vida”.

Camila, profesora, no se ve representada por “esa crápula que se ha inventado un parlamento a su medida, aparentando una democracia que no existe. La mitad de los diputados ni siquiera viven en esos territorios. Raúl Castro, que ya está medio chocho, representa al municipio del Segundo Frente y Díaz-Canel, el peor presidente en la historia de Cuba, solo va a Santa Clara a prometer cosas y exhortar al voto unido. Ya la gente no se traga el cuento de que Cuba es la mejor democracia del mundo, con diputados que aprueban leyes por unanimidad. Por eso no voy a ir a votar”.

Los que desgobiernan la Isla viven en otra dimensión. Están atrapados en el síndrome de Münchhausen, un trastorno donde la madre de un niño deliberadamente le causa lesiones. Los hermanos Castro se propusieron ser los ‘padrecitos de la patria’ e implementar una sociedad justa. Pero fracasaron. Y no tienen el suficiente valor político para reconocerlo y cambiar de modelo económico.

Siguen apostando por la utopía comunista y las mentiras a granel. El mayor enemigo del régimen cubano es la realidad.

Iván García

Foto: Una de las ferias agropecuarias que se montaron en La Habana los sábados 11, 18 y 25 de marzo para incentivar el voto, dada la apatía y el desinterés de los cubanos por unas elecciones que no van a mejorar sus duras condiciones de vida. Tomada de Tribuna de La Habana.

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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