Desde La Habana

Este fin de semana se espera la liberación de los presos que no se quieren ir de Cuba

Desde la cárcel de Canaleta, Ciego de Ávila, el preso político Pedro Argüelles Morán, de 62 años, me llamó el viernes 22 y me dijo que un oficial de la Seguridad del Estado le comunicó que podría ser excarcelado este domingo, 24 de octubre.

Otros familiares de la docena de prisioneros del grupo de los 75 que al igual que Argüelles Morán no desean emigrar, también esperan tener en las próximas horas en sus casas a sus seres queridos, luego de 7 años y 7 meses tras las rejas.

La noticia confirmaría la disposición del gobierno cubano de excarcelar a los reos del grupo de los 75 que se niegan a irse del país, no sólo antes de la fecha prevista, el 7 de noviembre, sino antes de la reunión que la Unión Europea tiene prevista para el lunes 25 en Luxemburgo, y donde entre otros temas se discutirá si los 27 países miembros deben mantener una posición común hacia Cuba.

Otro tema candente, ya a escala nacional, es que los presos de conciencia que próximamente van a ser liberados y desean permanecer en la isla, no están de acuerdo con las condiciones y garantías que les ofrece el gobierno para su liberación.

Ellos rechazan la licencia extrapenal que piensan otorgarle, porque seguirían siendo reos del régimen. Y en cualquier circunstancia adversa, los podrían enviar de vuelta a la cárcel. Es el engendro legal que ofrecen las autoridades a los disidentes que prefieren no marcharse de su patria.

Lidia Lima, esposa del economista Arnaldo Ramos, 68 años, en la última visita efectuada a la prisión 1580, en las afueras de La Habana, supo que Arnaldo pretende permanecer en prisión hasta que el gobierno no cambie los términos de su liberación. Y sólo aceptaría la libertad sin condiciones.

Las autoridades han dado la callada por respuesta sobre la derogación o no de las licencias extrapenales. Los disidentes encarcelados pretenden permanecer en su país y seguir su labor política, periodística o como activistas de los derechos humanos. Pero quieren que el gobierno se comprometa a borrar de un plumazo las aberraciones legales que los mantendría en libertad con alfileres.

También un sector amplio de la oposición considera que la Unión Europea debe presionar a los Castro para que derogue la diabólica Ley 88 o ley mordaza, que permite llevar a prisión a una persona por más de 20 años sólo por disentir del régimen.

Con una economía que naufraga y un grupo de opositores que reclaman derechos plenos, el gobierno cubano espera con cierta expectación cuál será la posición de la Unión Europea.

Iván García

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