Nada se va resolver con el discurso duro. No habrá una solución porque el General Raúl Castro lance el toque a degüello contra la disidencia. Tampoco habrá una salida a la crisis profunda que vive Cuba, con las habituales mesas redondas en la tele, donde cuatro tipos rígidos exponen sus criterios uniformes.
Cuba necesita de un dialogo. Más que nunca. No con la Unión Europea o Estados Unidos. No. Urge un debate nacional, serio, con su propio pueblo. Valiente. De una vez y por todas, platicar con los que disienten. Gobernantes y opositores. Periodistas oficiales e independientes. Blogueros de cualquier tendencia. Sin exclusiones.
Ahora que por estos días Cuba celebra el 49 aniversario de la victoria de Playa Girón, con Fidel Castro al frente, cuando en sólo 72 horas derrotaron a tropas de cubanos emigrados, respaldados por el gobierno de Eisenhower, recuerdo que en marzo de 2001 se celebró en La Habana un debate a raíz de los 40 años de la invasión por la Bahía de Cochinos, con la participación de protagonistas de los dos países.
Frente a frente, mirándose a los ojos, estuvieron ex agentes de la CIA, antiguos funcionarios de administraciones estadounidenses y combatientes exiliados cubanos derrotados por las fuerzas armadas revolucionarias. Se charló civilizadamente, sin odios, con oficiales del ejército de la isla, analistas políticos y con el propio Fidel Castro.
El debate fue enriquecedor. Nueve años después se necesitan otros tipos de diálogos. Profundos y necesarios. Con monólogos e insultos, la economía no funcionara viento en popa. Con descalificaciones de mercenarios, traidores y pagado al oro yanqui a los que discrepan, la Nación no estará orgullosa del desempeño de su gobierno.
Los males que aquejan al país sí tienen culpables. No son huérfanos. Demos crédito al embargo de casi 50 años de Estados Unidos. Pero la mayor responsabilidad por la letal ineficiencia del sistema la tienen los gobernantes. Digo sus nombres: Fidel y Raúl Castro.
La solución a los problemas de la Nación es de todos. Porque los nacidos en Cuba deseamos y queremos que nuestro país salga de la inmovilidad.
Claro, se sucederán acaloradas controversias. Se exaltarán las pasiones. Y cada cual se atrincherará en sus respectivas ideologías. Pero de esas diferencias, saldrán las medidas más efectivas para cambiar el status quo.
Desde mi punto de vista, los problemas de la isla se pueden remediar por la vía del diálogo. En una mesa. Todos. Los que viven en una orilla o la otra. Sentados. Fumando como posesos o bebiendo café. Carlos Alberto Montaner, Raúl Rivero, Max Lesnik, Zoé Valdés, Enrique Patterson y otros intelectuales o economistas de nivel que viven en el exilio.
Junto a opositores como Martha Beatriz Roque, Elizardo Sánchez, Oswaldo Payá, René Gómez Manzano, Vladimiro Roca, Dagoberto Valdés… ofrecerían sus argumentos los periodistas independientes Reinaldo Escobar y Luis Cino. Y las blogueras Yoani Sánchez y Miriam Celaya, entre otras.
Por parte del gobierno, además de sus máximos dirigentes, participarían intelectuales y periodistas de calibre. De esa forma civilizada, saldría una serie de medidas acertadas para el futuro de Cuba.
Aunque algunos quieran obviarlo, hay muchas cosas que nos unen. Creo que el periodista Pedro de La Hoz, se disgusta como yo, cuando tiene que estar 3 horas para hacer un simple trámite legal.
Supongo que la reportera Rosa Miriam Elizalde se indigne cuando todas las noches observa la manera en que se pierde más del 50 por ciento del agua potable que se distribuye en la ciudad.
Intuyo que el desastroso estado de algunos hospitales, la falta de materiales para reparar las viviendas, el incógnito futuro de su patria y las leyes absurdas no despierta solamente la cólera en la abogada disidente Laritza Diversent, sino también en los abogados estatales.
Eso y más podemos cambiarlo. De una sola manera. Dialogando. Entre todos. Espero que no haya que esperar 40 años para realizar un debate profundo como el del 2001, entre los protagonistas de Bahía de Cochinos. Ahora estamos contrarreloj.
Iván García
Foto: Life. 22 de marzo de 2001. Palacio de las Convenciones de La Habana. William Kennedy Smith y Jean Kennedy Smith, familiares del Presidente John Kennedy, fueron algunos de los invitados al encuentro «Girón, 40 años después».
Nota: A propósito de este artículo, le invitamos a participar en la Encuesta que hemos preparado, en la columna superior a la derecha.
Etiqueta: cuba Esperando por el diálogo... y una encuesta
IVA A HACER UN COMENTARIO SOBRE EL PRESIDENTE PERO YA JASON LO ACLARO.
EN CUANTO A REUNION PARECE QUE TU NO HAS APRENDIDO VIVIENDO EN CUBA TANTOS AÑOS BAJO EL
COMUNISMO, ELLOS SOLO CONVERSAN CUANDO ESTAN PERDIENDO, PERO SOLO PARA GANAR TIEMPO,Y VOLVER
A LO MISMO
Pero dialogar con quien?
Con los hermanos Castros?
Por favor no creo ni en un sueño qeu dialoguen con ningun cubano , (por supuesto seria un cubano opositor) con una organizacion de desidentes de las tantas que hay?
Hay que conocerlos y haber vivido 51 años de mentiras , y dichos y contradichos para nunca imaginar el gobiernos cubano , dialogar con alguien que no sea para su propio beneficio.
El presidente norteamericano no fue Eisenhower. Fue Kennedy. Si hubiera sido Eisenhower la cosa habria terminado muy diferente.