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Ese hombre de los derechos humanos

A sus 71 años, Juan Bolaños no pierde la costumbre de todas las mañanas, sentarse en la esquina después de hacer los mandados y la cola del periódico. A veces lo acompañan sus amigos de la jubilación. Juntos leen la prensa, a la par que se enteran de todo lo que pasa en el vecindario. Hoy, en el diario Granma, con letras grandes y negras, un titular dice: “¿Para quién la muerte es útil?”.

Bolaños sigue con atención la lectura: “Agencias de prensa y gobiernos se apresuran en condenar a Cuba por la muerte en prisión, el pasado 23 de febrero, del cubano Orlando Zapata Tamayo”, afirma Enrique Ubieta, periodista oficial, en el artículo publicado.

-Era un hombre de los derechos humanos, ví la noticia por los canales de afuera”, agrega Roberto, un anciano de 69 años, que se une a la charla en la esquina.

Para el gobierno, los hombres como Orlando Zapata Tamayo, son delincuentes y mercenarios al servicio de una potencia extranjera. Sin embargo, para la población, los disidentes son conocidos como “la gente de los derechos humanos”. Así los califican, porque todos saben qué defienden.

Sin embargo, Zapata Tamayo, uno de esos hombres «de los derechos humanos» era un desconocido para los cubanos. “Un obrero de la construcción que no quería irse del país, un hombre disciplinado, humilde y firme en sus ideas”, lo definió la opositora Martha Beatriz Roque.

En un intento por denigrar, a quien no está físicamente para defenderse, Ubieta, saca a la luz pública, el historial delictivo de Zapata. Todos delitos menores, en los que las sanciones no rebasan el año de privación de libertad. No fue una amenaza social, como intentó describirlo.

¿Si fuera así, cómo explicar entonces, que en el año 2000, fuera procesado por tres delitos diferentes? Lo que pone en duda, que en esas ocasiones, sufriera prisión por sus faltas.

La “alteración del orden” (delito no regulado en la legislación penal), y los “desórdenes públicos” del 2002, fueron a raíz de su participación en las actividades convocadas por la Fundación Lawton de Derechos Humanos, organización creada por Oscar Elías Biscet, condenado en abril de 2003 a 25 años de privación de libertad.

Como bien dice el periodista oficial, el 9 de marzo de 2003 Zapata Tamayo fue liberado, y el 11 participa, junto a Martha Beatriz Roque Cabello, René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcassés, Nelson Aguiar Ramírez y Nelson Molinet Espino, en un ayuno por la liberación de Biscet. Interrumpido en la madrugada del 20, por la detención de casi todos los participantes.

Es liberado bajo fianza y en días posteriores, juzgado por un delito de desacato. Figura delictiva que condena al que critique a una autoridad. La sanción es de 3 años, si se comete respecto al Presidente o los miembros del Consejo de Estado, de Ministros y de la Asamblea Nacional. No por coincidencia, ése fue el tiempo de duración de la condena inicial de Zapata Tamayo.

Su rebeldía dentro de la prisión fue duramente castigada. No vestía la ropa del penal y tampoco comía su comida. Las sucesivas sanciones que se sumaron a su condena fueron por supuestos desórdenes en establecimientos penitenciarios. En mayo de 2009, el tribunal calculó su ultima sanción conjunta, el resultado final fueron 32 años de privación de libertad.

Cuentan sus compañeros de celda, que en el juicio daba vivas a los derechos humanos. La última vez, sus carceleros lo amordazaron y encadenaron de manos y pie. Los mismos verdugos que cuando se declaró en huelga de hambre, lo aislaron en una celda de castigo, 18 días, sin brindarle agua. Sus órganos vitales se deterioraron irreversiblemente, pero no por instigaciones externas, sino por la soberbia indolente de sus guardianes.

La misma insensibilidad que mostraron ante el dolor de una madre. Reina Luisa Tamayo Danger que vio al segundo, de sus cinco hijos, con vida por última vez, cuando iban a trasladarlo del Hospital Amalia Simoni, en Camagüey, hasta la clínica de la penitenciaría Combinado del Este, en las afueras de la capital.

No le permitieron acompañarlo, ni escuchar su último suspiro. No le perdonaron, que se mantuviera firme, apoyándolo en su decisión, aunque lo llevara a perder la vida. La acusaron de ser una mala influencia para su hijo, cuando lo buscaba desesperada, cuatro días antes de su fallecimiento, en el Departamento 21 de la Seguridad del Estado.

Una madre no olvida cuando le toca sobrevivir a uno de sus hijos. Reina Luisa guardará en su memoria la imagen del cuerpo inerte de su hijo, en una cama del Hospital Hermanos Ameijeiras. Esa dolorosa sensación, al pasar su mano sobre las manchas ennegrecidas de su piel, secuelas de tortura, huellas de las contusiones que dejaron los bastones de sus celadores.

Sus exigencias no eran un “empeño absurdo de imposibles demandas”. Al reclamar sus derechos, comparaba sus condiciones de vida dentro de la cárcel, con las que disfrutó Fidel Castro, en el presidio modelo de la Isla de Pino;,después de asaltar el Cuartel Moncada en 1953, durante la dictadura de Fulgencio Batista, que lo amnistió luego de 22 meses de encierro.

Sí, es cierto que hizo varias huelgas de hambre, como también lo es, que su nombre no aparecía en la lista de los 75 disidentes encarcelados en marzo de 2003. Nunca Zapata Tamayo tuvo afán de protagonismo, pero sí exigía a sus represores que le reconocieran su condición de preso político.

Cuatro días después del fallecimiento del modesto, pero infatigable luchador, el diario Granma, único periódico de tirada nacional y órgano del partido comunista, informa del suceso. No menciona que permaneció 86 días en huelga de hambre, ni que el gobierno tuvo la oportunidad de evitar su muerte.

Pero Juan Bolaños y sus amigos jubilados, como otros miles de cubanos, ya saben más de lo que el régimen quisiera sobre Orlando Zapata Tamayo, ese hombre de los derechos humanos.

Texto y fotos: Laritza Diversent

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

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