Después de participar en un taller sobre periodismo de investigación, del 10 al 14 de noviembre en San Diego, California, Iván estuvo cuatro días en Miami. Durante su estancia en esa ciudad, una reportera del Diario de las Américas, periódico de la Florida del cual es colaborador desde enero de 2013, le hizo una entrevista, con gran destaque en la edición digital y en la impresa.
Para Iván García, periodista independiente cubano que escribe para Diario las Américas desde La Habana, “en Cuba ha habido un cambio” en el tipo de represión que aplican los agentes del régimen contra quienes disienten de la oficialidad.
García que reseña la cotidianidad de su país con una mirada cruda, admitió que la estrategia del Gobierno cubano respecto a la disidencia “es difícil de entender. A algunos sí los reprimen muy duro, como a los del grupo de Martha Beatriz Roque, a los que están en provincia que no tienen ni qué comer, ésos son los que peor la pasan, precisamente porque son los menos notorios”.
“Pero a gente como Yoani (Sánchez) o a mí, que escribimos para periódicos reconocidos, no podemos decir que alguien nos reprime, mucho menos desde 2013 cuando abrieron los permisos para viajar”.
García reconoció que para ejercer de manera independiente se ve “obligado a obviar muchas de las normas del periodismo, pues ante la gente con la que busco la información para mis historias no puedo presentarme como un periodista. Salgo y converso con jineteras, vendedores de drogas, gente de la ‘otra Habana’. Hago otro tipo de periodismo porque Cuba es un país diferente”.
Lo que sí reconoce es que el cambio de actitud del Gobierno hacia quienes como él escriben sobre Cuba para medios independientes en el exterior, incluso para medios como Radio y TV Martí, es algo que se ganó el periodismo independiente desde etapas anteriores a la suya, donde las consecuencias eran recibir golpizas y cumplir años de cárcel.
“Muchas de las cosas que ellos han ido permitiendo, que pudieran parecer como una apertura y que el régimen se anota como cambios, es algo que el periodismo independiente y los opositores en Cuba venían pidiendo desde los años 90”, puntualizó.
La reforma migratoria adoptada en 2013 por el régimen de La Habana permitió a muchos de los disidentes viajar al exterior, igual que a la mayoría de los ciudadanos cubanos. No obstante, para algunos, los frecuentes viajes de miembros de la oposición fuera de la isla, significa que el Gobierno ha conseguido desestimar su papel.
“Eso se debe a que los opositores tienen que encontrar el modo de fortalecerse políticamente, porque casi dos años después de que comenzó la gente a salir, de lo único que se oye hablar cuando alguien regresa es de los lugares que conocieron y lo que pudieron comprar”.
Para García, la disidencia “no ha sido capaz de abrirse un espacio político internacional, cuando el Gobierno sí lo está ganando con aparentes cambios. Me parece que en política, dos años son un buen tiempo y no creo que se haya logrado nada. Me siento con derecho a preguntar y cuestionarlo porque pienso que esa disidencia me representa”, señaló.
El reportero, que ha sido objeto de críticas por exponer al desnudo la situación política y la degradación social de su país, aseguró que en Cuba hay mucha gente decepcionada.
“De los Castro la gente está muy cansada. También del embargo, que en Cuba llaman ‘bloqueo’, porque el Gobierno lo usa como pretexto de que por eso nada funciona. Pero tampoco confía en los disidentes. Posiblemente las que más méritos tengan sean las Damas de Blanco y, sin embargo, todo el tema de las divisiones que ha habido entre ellas, ha dañado la imagen del grupo”.
“Lo otro que ocurre es que la sociedad está fragmentada, hay tres generaciones que abandonaron el país, existe un gran vacío intelectual en todas las especialidades, en todas las ramas del saber y la ciencias. Y la gente seguirá apostando por la emigración mientras las cosas vayan mal económicamente”, amplió.
Sin embargo, tras ese análisis desesperanzador, García consideró que “Cuba está abocada a un cambio. No tengo la verdad absoluta, pero creo que el país pasará de un régimen totalitario a una sociedad donde la democracia va ir entrando poco a poco”, comentó.
Y aseguró “que cualquier presidente estadounidense, demócrata o republicano, tendrá que tratar de negociar con Cuba, cuando ya no estén los Castro. Para entonces habrá que ver si ha surgido un disidente que pueda asumir el liderazgo político, con una posición seria, ya en democracia, porque en estos momentos hay muchas mentiras”.
Para García, la disidencia de los años 90, que estuvo encabezada por opositores como Vladimiro Roca, Martha Beatriz y Félix Bonne, entre otros, además de haber envejecido “ya no cuenta con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos, entiéndase recursos y dinero, porque en Washington apostaron por las nuevas generaciones”.
“Un problema de los cubanos es que no respetamos la memoria histórica, escalamos pisoteando cadáveres y eso no debiera ser, porque antes que nosotros estuvieron ellos e, incluso, hubo otros antes que fueron fusilados por el régimen”.
La realidad de Cuba, más allá del cambio de régimen y la necesidad de una reestructuración política, según García, “requiere de una recuperación social que tardará unas cinco o seis generaciones, porque el sistema de valores no existe y eso se puede apreciar hasta en la pobreza de vocabulario de los cubanos más jóvenes”.
“La depauperación en Cuba da lugar a que una muchacha se vaya a la cama con un hombre por una cerveza y sea aplaudida. Eso realmente es lo que no sabemos cómo se podrá superar. También está el hecho de que la adoración por el dinero desvíe a la gente de cosas tan importantes como denunciar la violación de sus propios derechos”, precisó.
García aseguró que ha sido testigo cada vez con más frecuencia de la cantidad de cubanos, fundamentalmente jóvenes, que se involucran en los preparativos de un viaje para llegar de forma ilegal a Estados Unidos, esperanzados en recibir los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano.
“Hay que revisarla, para mí ya no tiene ningún sentido. Lo que debe mantenerse es el estatus de refugiado para los verdaderos perseguidos políticos, pero no para los que se acogen a la Ley de Ajuste y al año están viajando a la Isla, de donde supuestamente se tuvieron que marchar por problemas políticos”, denunció.
“Lo mismo ocurre con la ley que ampara a quienes logran llegar a tierra y envía de vuelta al país a los cubanos que son interceptados en el mar (conocida como política de «pies secos, pies mojados»). Me parece algo patético, además de todas las muertes que ha ocasionado. El Estrecho de la Florida es el cementerio más grande del mundo”.
Pero a pesar de que García ve el futuro de su país con incertidumbre y que su viaje a Estados Unidos constituyó el primero al extranjero en toda su vida, concluyó: “No me veo en otro lugar que no sea Cuba, creo que es el lugar que me corresponde. A pesar de todo, me gusta mi país”.
Iliana Lavastida Rodríguez
Diario las Américas, 25 de noviembre de 2014.
Foto: Iván en la redacción del Diario las Américas, el lunes 17 de noviembre de 2014. Difundida vía Twitter con este pie: «El gran @DesdeLaHabana que nos ilustra con sus crónicas desde Cuba nos visitó en la redacción».