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Emociones postergadas

Febrero de 2004. Tania, con el Lago de los Cuatro Cantones de fondo. Foto de David Coulin.

Debería entristecerme cuando pienso que el exilio es sinónimo de desarraigo. Y llorar sin consuelo cuando recuerdo que mi condición de refugiada política en Suiza me permite viajar a cualquier nación del mundo menos a Cuba. Al menos hasta que las cosas en mi país cambien, la represión desaparezca y se instaure un gobierno donde los derechos individuales sean reconocidos y respetados.

Ya cumplí 67 años y, sinceramente, en el horizonte cubano no se vislumbra un alentador panorama en lo inmediato. Más bien lo contrario: se avecinan años aún más duros y difíciles.

Cuando se ha tenido que abandonar la patria por razones políticas y cuando en ella has dejado los restos de tus padres, un hijo, una nieta a la que sólo conoces por fotos, familiares y excelentes amigos, los sentimientos se acumulan y se llega a pensar que en cualquier momento van a estallar.

Pero no, una fuerza interior posibilita que se vayan “archivando” y las emociones queden depositadas en una “gaveta” que nuestra alma abre, como si se tratase de una nueva web en nuestro cerebro-computador.

Son tantas y tan profundas las experiencias desde mi llegada a Suiza que las emociones no pueden -ni deben- ocupar demasiado espacio en mi mente ni en mi corazón. Para que la serenidad me continúe guiando.

Si mi hija, mi nieta y yo hubiéramos arribado a Suiza e inmediatamente nos hubiéramos ido a casa de algún conocido o de una familia amiga, probablemente enseguida hubiera salido a flote eso que los brasileños llaman saudade. Porque la nostalgia suele acompañarnos cuando estamos en ambientes íntimos, hogareños. Pero como del aeropuerto de Zürich un policía vestido de civil apresuradamente nos montó en un tren rumbo a Kreuzlingen, localidad fronteriza con Alemania, el choque con la inesperada realidad no permitió la afliccin. Ni siquiera dej´´o que sintiéramos frío, cansancio, sed, hambre, sueño…

Llegar a Kreuzlingen, centro suizoalemón de recepción para solicitantes de asilo provenientes de Africa, Medio Oriente, Asia y la exEuropa del Este, no estaba en mis planes. Fue una experiencia frustrante. Mas como periodista debo admitir que fue enriquecedora la estadía de una semana en Kreuzlingen; de dos meses en Sonnenhof y de un mes en Ritahaus, estos dos últimos centros de acogida de Caritas en Lucerna.

La convivencia durante más de tres meses con hombres, mujeres y niños de costumbres tan distintas a las nuestras, de cierta manera contribuyeron a bloquear mis sentimientos y crear una especie de coraza protectora alrededor de mi cerebro y mi sistema nervioso.

Esa coraza me ha permitido irme adaptando sin mayores contratiempos a una sociedad tan opuesta a la cubana. Mentiría si escribiera que no extraño el sol, pero me ha gustado descubrir que por la noche puede nevar y al día siguiente, si salen tenues rayos solares, la nieve comienza a derretirse y de árboles y aleros cae como si fueran de gotas de lluvia.

Añoro los programas de música tradicional que escuchaba por la radio cubana, pero aquí, en Lucerna, ya me habitué a Radio Pilatus y sus trasmisiones, las veinticuatro horas, de música casi toda americana (excepcionalmente pasan a Orishas, Gloria Estefan, Juanes, Shakira).

También escucho la Radio Svizzera, en particular sus boletines noticiosos. Entre semana hay un espacio de media hora de música salsa, conducido por El Flaco, fanático al género, y los domingos por la noche “Hollywood, Broadway, Las Vegas”, con canciones de Frank Sinatra, Mario Lanza, Dean Martin, Nat King Cole, Doris Day… que me transportan a mi infancia, cuando siempre estaba al tanto de los hits parades.

La información más completa la obtengo de Radio Exterior de España, a falta del Servicio Latinoamericano de la BBC, que dos veces al día oía en Cuba en mi Sony de trece bandas.

Extraño, claro, mi condición de isleña. El mar forma parte de la vida de toda persona nacida en una isla. Para los cubanos, creyentes o no, el mar es imprescindible. Tenemos una deidad marina, la Yemayá de la religion afrocubana, Virgen de Regla en el catolicismo. Se le venera los 7 de septiembre, un día antes de la festividad de nuestra patrona nacional, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. No sólo son cercanas sus fechas, también sus orígenes: las dos son vírgenes mestizas.

Tengo la suerte de vivir en Lucerna, ciudad bendecida por el Lago de los Cuatro Cantones. Este lago lo considero ya “mi mar”. Y lo he convertido en “mi malecón”, ése que dejé en La Habana y por el cual a menudo paseaba. Adoro la vegetación cubana, con sus ceibas y jagüeyes, yagrumas y palmas. Pero me encantan los paisajes helvéticos: verdaderas postales en cualquier estación del año.

En Cuba es triste ver el estado calamitoso de los perros y si algo me ha llamado la atención es el cuidado de los suizos hacia los animales. ¡Impensable encontrar en la isla una laguna o riachuelo con tantos patos y cisnes, nadando en aguas limpísimas, sin nadie queriendo robarlos y llevarlos a su casa para hacer un fricasé!

Otro descubrimiento han sido los gatos, gordos y bien cuidados. Quizá en Suiza no se sabe que en 1990, cuando el gobierno cubano decretó un “período especial en tiempos de paz” y la economía cubana se fue al piso tras el desmoronamiento de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín, la gente, ante la perspectiva de hambruna no tuvo escrúpulos y echó mano de los gatos. A fin de cuentas, decían, entre un gato y un conejo no hay demasiada diferencia.

Fue duro llegar a Suiza a fines de noviembre. Pero el rigor del clima, al igual que la dificil convivencia con africanos, asiáticos, árabes, musulmanes, rusos, albanos y exyugoslavos, entre otros, fortalecieron mi espíritu. Ni una sola noche antes de irme a dormir he dejado de pensar en los seres queridos que dejé en Cuba y en los amigos injustamente encarcelados. Y pienso en sus madres, hijos, esposas, hermanos y demás familiares a quienes también el gobierno de Fidel Castro ha condenado al mantener a los presos políticos en cárceles infernales situadas a cientos de kilómetros de sus residencias.

El 12 de enero de 2004 fui citada a una entrevista en la Oficina Federal de Refugiados, en Berna. Duró desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde. En varias ocasiones el llanto me impedía hablar. Tener que narrar lo vivido fue demasiado fuerte para mí y ese cúmulo de vivencias, sobre todo las del último año, por la represión desatada el 18 de marzo de 2003 no contribuyeron a una entrevista mejor.

Salí de la OFF molesta conmigo misma, por no haber podido controlar mis lágrimas en una cita tan importante. Ocho días después llegaría una carta notificándonos que a mi hija, mi nieta y a mí nos habían otorgado la condición de refugiadas políticas, status que solamente recibe el uno por ciento o menos de quienes lo solicitan a las autoridades suizas.

Normal hubiera sido que volviera a llorar, ahora de alegría. Pero en vez de dar rienda suelta a mis sentimientos, opté por guardar el pañuelo y contenerme. Y dejar para otra oportunidad el libre flujo de mis emociones.

Tania Quintero

Foto: David Coulin

Sobre admin

Periodista oficial primero (1974-94) e independiente a partir de 1995. Desde noviembre de 2003 vive en Lucerna, Suiza. Todos los días, a primera hora, lee la prensa online. No se pierde los telediarios ni las grandes coberturas informativas por TVE, CNN International y BBC World. Se mantiene al tanto de la actualidad suiza a través de Swissinfo, el canal SF-1 y la Radio Svizzera, que trasmite en italiano las 24 horas. Le gusta escuchar música cubana, brasileña y americana. Lo último leído han sido los dos libros de Barack Obama. Email: taniaquintero3@hotmail.com

7 comentarios

  1. Doña Tania, la saludo desde Centroamerica con mucho cariño, tengo como 2 años de saber de Usted y conocer algunas de sus historias o post y creame que le guardo un cariño y respeto muy especial. Le deseo muchisima suerte a Usted y su familia, saludos a su nieta. Un abrazo.

  2. Hola Tania,

    Me he emocionado al leer tu post. Muy triste todo eso (salir del país, vivir lejos de tu hijo y nieta). Pero que familia linda, verdad? Todos periodistas que escriben estupendamente. Creo que tienes que ver la situación de otra manera.
    Además, vives ahora en un país con una calidad de vida muy buena. Pero saber que no la cambiaría por la de Cuba.
    Tengo mucha ilusión en conocer Cuba pero aún no he tenido la oportunidad. Lo que conozco sé por la prensa, por los libros, por las películas, etc.
    Lo malo de la dictadura, para mí, son las torturas, las muertes, los exilios. La pobreza? Cuántos países no viven en pobreza, verdad? Qué será peor la pobreza o la desigualdad? Algunos también dicen que la censura es lo malo. No creo que eso ha cambiado. La prensa hoy por lo menos en Brasil está toda comprada por los grupos de poderes lo que dificulta formadores de opinión.
    O peor, consumidores compulsivos.
    Fidel por lo menos luchaba por una educación igualitária. Cuba es un ejemplo en la medicina y en el deporte. Además de los grandes cantantes (soy fan de Buena Vista Social Club).
    Saludos desde Brasil,
    Mucha suerte y fuerza SIEMPRE,
    Carol_Fernandes

  3. Gracias a Zoé, Carla y Azul por sus comentarios. A Sonia quiero decirle que en Suiza, año seis, respondí a su comentario con una amplia explicación, pero no sé por qué nunca se publicó. Por cierto, Sonia, mi hijo Iván me preguntó si te conocía, pues la hija de una amiga nuestra, que vive en España, se llama Sonia. Le dije que no, también sé que Laritza te ha cogido cariño, porque siempre dejas comentarios en sus posts y en general en el blog. Un abrazo, Tania

  4. Yo me puse a llorar cuando le dieron el asilo a mi madre, y ella me decía que no hiciera papelazos. Es todo tan complejo, querida Tania, tan inexplicable. Gracias por este post.

  5. Mis respetos Tania
    Me dio mucha tristeza tu escrito, todos cuando slimos de Cuba , corremos diferentes destinos y diferentes suertes, siento que la tuya fue bien terrible, sobretodo cuando narras aquello de la coraza que uno se tiene que invertan para poder adaptarse.
    Mucha salud que es lo principal para este 2010. Tenemos que estar fuertes y saludables para ver el final del regimen, quizas sea ese, el momento mas anhelado por tods los inmigrantes cubanos.

  6. Por voluntad, vivo lejos de mi tierra. No tan lejos como tú pero ahora mismo me siento nostálgica. Un abrazo fortísimo para consolarnos aunque sea un poquito.
    B.

  7. A mí, que me encantan los viajes, también me gustaría vivir una temporada fuera de España. Creo que es lo mejor para las personas, para evitar, entre otras cosas, creernos el ombligo del mundo. Pero claro, tener que marcharse una de su país, por obligación, por no poder vivir allí, huyendo de la miseria, con las manos vacías, sin saber si podrás volver a ver a los tuyos….. es desgarrador. No creo que tenga nada que ver con la experiencia novedosa y enriquecedora que supondría alejarte una larga temporada de tu patria y los tuyos.

    Otra cosa es el tema de que os otorgaran el status de refugiadas políticas, que tal y como está el tema en Cuba, yo lo veo normal; lo raro es que os lo hubieran denegado.

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