Desde que hace diez años Fidel Castro le ganó a Estados Unidos la batalla judicial, para que se reconociera la patria potestad de su padre y regresara con éste a Cuba, a Elián González Brotons, no le ha faltado de nada.
Ni siquiera los mimos de Castro, quien al menos en público jamás se ha visto sonriéndole a sus hijos y nietos. Si damos crédito a santeros y babalaos del exilio, ese cariño podría deberse a que Elián ha sido una especie de Elegguá para el viejo comandante.
Desde que fue descubierto por dos pescadores, el 25 de noviembre de 1999, flotando en el mar dentro de una balsa, con delfines a su alrededor, la vida de Elián ha sido un verdadero culebrón.
Acaba de cumplir 16 años y todavía una aureola de silencio y misterio le rodea. Sigue viviendo en su Cárdenas natal, pero en un entorno cerrado y limitado, alejado de los «malos ojos».
El misticismo y las especulaciones han sido una constante en su corta existencia.
Anécdotas sobran, como la supuesta mordida que en la lengua le dieron sus abuelas, cuando a principios del 2000 lo visitaron en la residencia de sor Jeann O’Laughlin, rectora de la Universidad Barry, en Miami Beach. Según entendidos, es un viejo rito de la santería, y ellas habrían dicho que lo hicieron porque «seguimos instrucciones». Instrucciones de quién y para qué?
Creyentes de las religiones afrocubanas afincados en Estados Unidos, dan por seguro que en la tarde del domingo 18 de junio del 2000, en el número 12719 de Connecticut Avenue, en Silver Spring, Maryland, en el domicilio de un santero, una residencia rodeada de árboles y protegida de miradas indiscretas, además de haberse celebrado el Día de los Padres -en Cuba se celebra el tercer domingo de junio- habría tenido lugar un «toque de santo». Por Elián o por Fidel Castro? O por los dos?
Entre los presentes, su padre, Juan Miguel González, su madrastra y su hermanito; el santero y su familia, de la raza negra; personal de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, entre ellos su jefe, Fernando Remírez Estenoz, posteriormente ascendido a jefe del departamento de relaciones internacionales del comité central del partido y defenestrado en 2009. Y, por supuesto, agentes de los servicios secretos cubanos.
Se dice que periodistas, fotógrafos, santeros y curiosos que se encontraban en las afueras, desde donde estaban situados habrían podido escuchar los tambores y sonidos propios de los «toques de santo», uno de los rituales en la religión yoruba.
A modo de evidencia, circula en internet esta foto, donde encerrado en un círculo puede verse un objeto, supuestamente un pequeño Elegguá:
Especulaciones aparte, el futuro de Elián es tan incierto como el de Cuba, que nadie puede predecir qué va a pasar, cómo ni cuándo.
El régimen ha apostado por él. Y fuerte. Puntualmente ha aparecido en actos y cumpleaños al lado del «abuelo Fidel», cuando éste tenía mejor aspecto y salud, claro. En las fotos, no siempre se puede precisar su estado de ánimo: alegre, indiferente, meláncolico, serio.
Seis meses después de haber cumplido 15 años, el 15 de junio de 2008, recibió el carnet de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Terminada la escuela secundaria, pasó a cursar una escuela militar, probablemente en uno de los varios centros militares que llevan el nombre de Camilo Cienfuegos, en Matanzas, su provincia, o en otra. La distancia no es problema para él ni su familia.
Si al pie de la letra se cumple la agenda ideológica programada para Elián, aproximadamente dentro de diez años debe recibir el carnet del Partido Comunista de Cuba. Para entonces, ya debe tener un título universitario bajo el brazo, y si opta por la vida militar, recibir el grado teniente.
Todo eso y más deben haberle planificado. Y como para entonces su «padrino» estará reposando embalsamado en el monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución, Elián puede haber sido incluido en la herencia que se supone el comandante deje a sus allegados.
Lo único que, por muy científico que sea un lavado de cerebro, éste puede no dar los resultados apetecidos. Y convertirse en un boomerang si en lo más profundo de su mente, un menor, consciente o inconscientemente, empieza a rechazar la falta de libertad de movimientos y decisiones, y tener que vivir siempre bajo control, tutelaje y manipulación.
En España, por cierto, hay un caso de adoctrinamiento religioso, más fuerte que el político puesto en práctica con Elián. Se trata de Osel, niño andaluz, que cuando sólo tenía 14 meses, dijeron que era la reencarnación del lama Yeshe, guía espiritual de los budistas, y desde los 6 hasta los 18 años fue recluido en un monasterio. Es ahora Osel un monje budista? No, es un joven agnóstico.
Entre los chistes que circulaban en La Habana del 2000, había uno que decía que dentro de veinte años, en 2020, Elián sería uno de los miles de cubanos que cada año solicitan visa para viajar a Estados Unidos. Aunque un espiritista consultado en aquel tiempo, veía a Elián como el presidente más joven que había tenido la República de Cuba.
Tal vez la respuesta definitiva la tengan los delfines. O los caracoles.
Tania Quintero
Ojala tome el camino de los Delfines….
El exilio cubano le quiere y le recuerda…..
No perdimos una guerra, perdimos un Angel Y Ojala
siempre lo recuerde………
Para Ud un saludo…….
El hombre de espejuelos, con una camisa gris, que en la fila detrás se está riendo con una mujer, es Otto Rivero, quien fuera primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas y después nombrado por el propio Fidel Castro al frente de «la batalla de ideas». Pero hace tiempo voló en pedazos, según dicen, por corrupción. Rivero no «ladraba» tanto como Hassan Pérez, a quien la gente le decía «el talibán», por lo extremista que era. Hassan, tengo entendido, hace rato también salió de circulación.